sábado, 14 de septiembre de 2013

Se le acabaron sus 7 vidas a nuestro amado Gato.




Querido Gato:

Mi gatito, mi hermanito, mi partner, mi compañero de tantos proyectos y tantas noches disfrutando películas, platicas, cenas, chelas y hasta peleas.

Gatito hoy me despido de ti recordando tu sonrisa gigante. Tu energía infinita. Tu amor inagotable y tu fuerza más allá de lo físico. Tu voluntad imparable y tu incansable búsqueda de la libertad.

Celebro tu partida reunida con Miguel, Itzuri, Clara, Ángeles y Sergio, que fuimos los que estuvimos más cerca de ti al final.

Lloramos, gritamos, te recordamos bromeando, abrazados. Seguíamos llorando y volvíamos a llorar. Luego reíamos recordándote y aparecían el llanto de nuevo. A Miguel se le quiebra la voz y se le inundan los ojos como nunca lo había visto. Itzuri con la mirada perdida y brotando lágrima tras lágrima. Un llanto grueso y pesado como los sentimientos que hoy nos golpean. Clara con su sensatez y sus abrazos oportunos que llegan cuando más los necesitas, como si ella siempre supiera lo que te hace falta. Ángeles con las palabras correctas, aquellas que  ella muy bien sabe nos harán sentir mejor, por que a ella le funcionan y cuando yo la escucho, descubro que es verdad…

 A ti no te gustaría vernos llorando.

Curioso que alguna vez lo platicáramos, pero recuerdo que dijiste que tú, festejabas la muerte!!!

Así sea.

Ahora me despido de ti levantando mi copa y diciendo salud, en tu honor, en tu nombre, por tu amor!!!

Ha sido todo un ritual poder decirte adiós. Aceptar que tu cuerpo ya no estará más entre nosotros. Cargándonos para poder subirnos al trapecio. Enseñándonos que sí se puede. Siempre con un – Sí mira!!!- o un –Claro que se puede, todo es posible!!!- o también el clásico – Sí podemos mira ven, ayúdame- y el típico -vamos a intentarlo- Ver como te rompías la madre para enseñarnos que todo era posible es algo que nunca olvidaremos.

Seguro es que siempre te recordamos. A todos los bailarines con los que trabaje les platicaré de ti. Te conocerán en cada ejemplo que les dé de ti. De tu valentía, tu vigor, tu garra. Toda tu resistencia, potencia, lozanía, ánimo y fortaleza que nos contagiabas. Mis hijos sabrán de su Tío el Gato y así permanecerás con nosotros siempre!!!

Mi padre te adopto como su hijo o tú lo adoptaste a él como padre??? No lo sé y no me importa. Quizá se adoptaron mutuamente. Lloraron juntos. Se empedaron. Festejaron. Rieron. Discutieron y al final… se abrazaron. Hoy mi padre (tu padre) mi madre, mi hermano, Jorge (tu hermanito) y yo, tu familia escogida. Nos reunimos en la casa para compartir la comida. Comimos juntos como no lo hacíamos desde la última vez que tú, estuviste con nosotros. Curioso pero así es. Nos reunimos en familia para cocinar y compartir la mesa, te recordamos durante toda la comida y nos dimos cuenta que la última vez que estuvimos así en familia fue contigo. Tú estabas con nosotros y nos tomaste una foto a todos. Foto que nunca olvidaré. Foto que siempre conservaré por que tu sonrisa en primer plano me recuerda como eras. Cuanto nos amabas y que siempre te amaremos.



Hoy a lado de Jorge, tu gran hermano. Tu carnal. Tu Jorch como le decías. Decidimos disfrutar de una gran película en el cine donde solíamos ir juntos. Donde algunas veces tú invitabas y otras nosotros, Donde un día tú nos pagaste los boletos en 3D y que siempre recordará tu bondad. Un ser generoso, lleno de tolerancia, sensible, afable, magnánimo diría yo. Nos compartías todo lo que tenías, todo lo que eras. Todo tú te dabas al mundo y a las personas con las que compartías la vida. Por eso después de mucho llorar en el fondo sonrío. Me llena de orgullo, felicidad, alegría y satisfacción haber compartido tantas cosas contigo.

¿Cómo olvidar a ese gatito cachondo? Erotizado por el simple hecho de estar vivo. Esa sensualidad a flor de piel que te caracterizaba. Ese amor, gusto y placer por las mujeres. ¿Cómo olvidar esa tanga de leopardo que nos enseñabas cuando te cambiabas en cada entrenamiento? Esa tanga de red que aunque no queríamos ver entre Miguel y tú se encargaban de hacernos voltear. ¿Cómo olvidar a ese amigo amante de la vida? ¿Cómo no extrañarte?

Gatito fuiste un pilar irremplazable en Yodate. Nos nutriste durante varios años, nos enriquecimos juntos, aprendiste a respirar, aun que odiabas hacer yoga. Crecimos juntos. Me encantaba hacer los ejercicios de pareja contigo porque con toda esa energía que me contagiabas, no podía quedarme atrás. Sacaba fuerza no sé o más bien sí sé de dónde, de ti. Luchaba por alcanzarte. Por estar a tu nivel. Por no detenerte y recuerdo que cuando me cansaba no reparabas en jalarme. Me animabas. Tu motivación fue real. Tan real como que hoy tu cuerpo descansa.

Jorge me hace recordarte, en esas cosas en que tanto se parecían. En esas cosas que coincidían y se identificaban. Cuando hace bromas que nos solías hacer. Hoy Jorge conserva tus dibujos. Algunas cartas. Tenemos tus poemas firmados y todo lo que aquí nos dejaste. En la memoria se queda bien grabada tu maravillosa forma de recitar el poema de la película “el lado oscuro del corazón”, ese que empieza diciendo –Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo…- Cuando cantabas tan bonito y entonado. Cuando alguien estornudaba y le decías –Gracias!!!- jajajajajajaja siempre me la aplicabas. También tu broma con la mano mojada en la que llegabas a enseñarnos tu mano y nos decías –Mira!!!- y luego de acercarnos a ver tu mano nos salpicabas la cara de agua jajajaja y nos lo podías repetir 10 veces durante el día y las 10 veces caía y si no por lo menos nos reíamos. Siempre nos hacías reír. Hoy Jorge a pesar de su dolor me sostiene. Juntos nos agarramos para no caernos y recordarte bonito. Nos reímos juntos para no llorar y celebrar como a ti te hubiera gustado.

Me despido de ti con esta carta. Pero nada es suficiente para compartir con el mundo lo maravilloso que eres… que eras.. que serás.

Con todo el dolor que pueda producirme tu partida hoy te digo que nos enseñaste mucho y nos dejaste todo. Todo tu ser. Toda tu esencia. Tu buena vibra y tu amor. Con eso nos quedamos. En tu honor van nuestras próximas funciones. En tu nombre va toda nuestra garra en cada entrenamiento y por ti van nuestras siguientes danzas y nuestras sonrisas gigantes, tan gigantes como tú.