Hay muchos hábitos en mi vida que tengo inconscientemente. La mayoría los he heredado de mi
madre, mi padre, mis abuelos, mis tíos, primos, etc. Otros me los heredó la
sociedad, la religión, la escuela, la humanidad. Afortunadamente están los que
he ido cambiando y me he ido formando con total decisión, en pleno uso de mi
consciencia y con todo el gusto y las ganas de crecer y ser mejor. En el peor
de los casos he tenido hábitos por cuestiones de salud que de una u otra forma
las lecciones y enseñanzas de la vida me han ayudado a cambiar.
Por cuestiones de salud he tenido que modificar mi
alimentación, he dejado muchas cosas que me gustan y otras que por suerte no
extraño para nada. Por ideología y valores he dejado de consumir muchos
alimentos que son delicioso pero que prefiero evitar. Hoy, a mis 29 años soy
otra. Una mujer muy diferente a la mujer de 18 años que dejó su casa buscando
ser libre.
Hoy disfruto mucho comer mi medicina y que mi medicina sea
mi alimento. Seguir la dieta según mi tipo de sangre me ha transformado la
vida, pero de eso les hablaré después vale la pena un gran post para eso. Lo
que quiero compartir aquí es lo que la “VARICELA” me enseñó.
A mis 28 años la varicela me atacó durísimo. Comezón
incontrolable, fiebres muy altas y mucho dolor muscular. No me aguantaba ni un
segundo más. Ya no podía conmigo misma hasta que Jor buscó en internet y
descubrió que el “AVENA” es buenísima para la piel.
Investigué y saqué mi propia receta. La usé para bañarme
durante la varicela y llevo usando esta receta como jabón. La recomiendo mucho.
Limpia mejor que el jabón porque no altera nuestro PH y
tampoco irrita o reseca nuestra piel (por cierto la piel es el órgano más
grande que tenemos) muy al contrario la humecta, la suaviza y alivia cualquier
irritación, zarpullido o picazón.
INGREDIENTES:
*Una taza chica
*Avena
*Un calcetín viejo
*Una licuadora o moulinex
INSTRUCCIONES:
1.- Licua una taza chica de avena hasta dejar el avena hecha
polvo. La licuadora debe estar bien seca para que pueda quedarte el avena hecha
harina.
2.- Ese polvo de avena o harina de avena, lo vacías en un
calcetín.
3.- Anuda el calcetín para que no se salga el harina de
avena.
4.- Úsalo como jabón durante tu baño y báñate como regularmente
lo haces. Ya sea que prefieras tallar fuertemente o te acariciar tu cuerpo,
según te guste más, exprime esporádicamente el calcetín para que se vierta su
leche sobre ti, la leche humectará tu piel y la dejara suave y tersa.
5.- Enjuágate bien y seca tu cuerpo suavemente dando
pequeños golpecitos en todo tu cuerpo con la toalla.
* PARA EL CABELLO: Puedes dejar remojando el calcetín en un
recipiente para que el avena suelte su leche y esa leche puedes usarla en tu
cabello después de lavarlo. Una vez que te hayas lavado tu cabello, vacía la
leche sobre él y frótalo para esparcirlo bien. Date un rico masaje en la cabeza
y luego enjuaga con abundante agua. El cabello se humectará y quedará más suave
y brilloso.
*Ese mismo calcetín te puede durar 2 o 3 baños. Cámbialo
cuando sientas que el calcetín ya
no suelta leche y su consistencia ya no sea babosa o gelatinosa.
*Si tienes tina puedes dejar flotando el calcetín, pronto el
agua de la tina estará toda blanca como si fuera leche, sumérgete en la tina y
disfruta de un baño para diosas. Acaríciate con el calcetín y disfruta té. Con
el avena dentro del calcetón sólo tendrás que vaciar la tina no tendrás ningún problema para
lavarla.
Espero mi experiencia te sirva de algo. Cualquier duda
puedes comentar el post y yo inmediatamente te responderé.
Disfrutando de su cuerpo se despide de ustedes. MAR ^^