Quiero contarles el día que descubrí que era mujer. Tenía once años y mi cuerpo se preparaba para cambiar. Yo empezaba a mirar a los niños, curoseaba con ellos y nos molestábamos con cualquier cosa, En realidad lo que quería era besarlos. Así comienza mi camino hacía el ser mujer.
Era una tarde en la que mi madre cocinaba después de haber ido por mi a la escuela primaria, yo todavía traía el uniforme puesto y saboreaba la comida que tardaría unos quince minutos en estar lista.
Me fui a mi cuarto, cerré la puerta y me recosté en mi cama boca abajo, comencé a llenar una hoja de mi diario que escribía todas las tardes. Mientras escuchaba a Silvio Rodríguez y su unicornio azul o a Shakira tan tonta, ciega, sordomuda, claro!!! empezaba a enamorarme y sus canciones me pegaban.
Mi colcha morada y yo baca abajo sobre mi cama escribiendo cuando un dolor en el vientre me sorprendió, nunca había sentido un dolor parecido y ahora sentía que me escurría “algo” Corre!!! Me dije y fui directo al baño, no entendía por que se me había salido un poco de pipi, no solía hacerme del baño así no más.
Entre al baño, me subí la falda y me baje el calzón, me senté para orinar y ví mis pantaletas manchadas de SANGRE, Claro!!! Por fin había llegado el día. Tan ansiado y esperado.
Me lo había imaginado de mil maneras, quería que fuera en la regadera, bañándome y cantando cuando descubriera mi menstruación. Otras veces presentí que me agarraría dormida y que despertaría en un charco de sangre. Mi pesadilla era estar en la escuela a mitad de una exposición frente a todo mi grupo o en medio del recreo.
No fueron precisamente las opciones que yo había imaginado, ni si quiera algo parecido. Había escuchado tantas historias de esa primera vez. A mi madre la oí contar su historia decenas de veces, sabía que para mi madre era un día que festejar, así que salí del baño le di la noticia y desde entonces festejamos por ser mujer cada veintiocho días.
Era una tarde en la que mi madre cocinaba después de haber ido por mi a la escuela primaria, yo todavía traía el uniforme puesto y saboreaba la comida que tardaría unos quince minutos en estar lista.
Me fui a mi cuarto, cerré la puerta y me recosté en mi cama boca abajo, comencé a llenar una hoja de mi diario que escribía todas las tardes. Mientras escuchaba a Silvio Rodríguez y su unicornio azul o a Shakira tan tonta, ciega, sordomuda, claro!!! empezaba a enamorarme y sus canciones me pegaban.
Mi colcha morada y yo baca abajo sobre mi cama escribiendo cuando un dolor en el vientre me sorprendió, nunca había sentido un dolor parecido y ahora sentía que me escurría “algo” Corre!!! Me dije y fui directo al baño, no entendía por que se me había salido un poco de pipi, no solía hacerme del baño así no más.
Entre al baño, me subí la falda y me baje el calzón, me senté para orinar y ví mis pantaletas manchadas de SANGRE, Claro!!! Por fin había llegado el día. Tan ansiado y esperado.
Me lo había imaginado de mil maneras, quería que fuera en la regadera, bañándome y cantando cuando descubriera mi menstruación. Otras veces presentí que me agarraría dormida y que despertaría en un charco de sangre. Mi pesadilla era estar en la escuela a mitad de una exposición frente a todo mi grupo o en medio del recreo.
No fueron precisamente las opciones que yo había imaginado, ni si quiera algo parecido. Había escuchado tantas historias de esa primera vez. A mi madre la oí contar su historia decenas de veces, sabía que para mi madre era un día que festejar, así que salí del baño le di la noticia y desde entonces festejamos por ser mujer cada veintiocho días.
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