Ella tenía 22 años que se le extinguían como la historia de su nombre se ha ido desvaneciendo a lo largo de la historia. Quería amar y estaba enamorada. Vivía sin planear demasiado, cumpliendo compromisos y haciendo locuras a placer. Una noche de fiesta disfrutaba de la vida. Miraba al hombre con quien había compartido una noche y luego... como buenos amigos compartían para alucinar un ajo debajo de la lengua hasta el amanecer.
Nunca se imaginó que esa noche cambiaría su vida. Conoció los ojos que la hechizaron para siempre. La mirada que dejo encantado su corazón y la boca que con palabras embrujaría su mente, la penetraría y ella lo permitiría.
El sol resplandeció y ella también.
2 comentarios:
Hermoso, redondito, sin sobrantes ¡Me gustó!
Un gusto por siempre
corazón oscuro.
En otra vida bailaremos.
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