martes, 26 de julio de 2016

Último martes de julio

Llevo varios meses sin estar en casa, llego ocasionalmente a dormir y me voy a la mañana siguiente, quizá paso alguna tarde a comer pero me voy rápido. La siento abandonada, los gatos me reclaman cuando llego con maullidos fuertes y largos que pareciera  me gritan. Las plantas tienen un verde apagado, como si me extrañaran y estuvieran tristes.

Hoy fui a mi clase de acondicionamiento físico y me di cuenta de lo abandonado que tengo también mi cuerpo ¿quizá es que lo estoy apapachando demasiado? Mi cuerpo está acostumbrado a trabajar largas jornadas de ejercicio diario, últimamente trabajo casi nada, corro muy poco, casi no hago yoga, voy a clase esporádicamente y como muchísimo. Si se me antoja algo me lo doy, o me lo dan jajajaja pero con las ganas no me quedo. Eso está haciendo que mi cuerpo cambie.

Hoy no reconocí mi cuerpo, no reconocí mi casa, la veo sucia, me veo ancha. La siento sola, me siento débil. La quiero arreglar y me quiero poner a trabajar de nuevo. Como siempre lo he hecho, como siempre me ha gustado.

Mi casa y mi cuerpo que para mí son lo mismo, uno espejo del otro. Siempre han sido limpios, amplios, acogedores, fuertes, amables, flexibles. Siempre me ha gustado cuidarlos, mantenerlos en orden y en las mejores condiciones.

Hoy pasé la tarde en casa y fui a mi clase de acondicionamiento físico, hoy me sorprendí por todo esto que descubrí, reconocí y agradecí. Gracias a la lección de un lindo martes estoy lista y dispuesta a poner manos a la obra. Quiero retomar esa parte de mí que tan feliz me hacía.

Hoy fue un martes muy largo, lleno de subidas y bajadas. Con su toque de alegría y tristeza. Hoy fue un hermoso martes de estar conmigo y en mi casa. Tarde de abrazar y acariciar a los gatos. Noche de leer y escribir. Momentos con los amigos, risas, llamadas por teléfono y mensajes de amor. Hoy me voy a dormir cansadísima y con el corazón satisfecho, la mente complacida y el corazón infladito de tanto y todo lo que la vida me da.


Gracias lindo martes por tan bellas lecciones. Gracias casita mía por ser tan grande y hermosa. Gracias gatitos por esperarme en casa y siempre tener amor para mí. Gracias plantitas por no morir y esperar a que les hable, les cante y les eche agua. Gracias a mi cuerpo que me aguanta, resiste y persiste.  Gracias a mí misma por darme estos momentos tan reflexivos y enriquecedores. Gracias vida. Aquí mi casa y yo.


No hay comentarios: