Llevo
varios meses sin estar en casa, llego ocasionalmente a dormir y me voy a la
mañana siguiente, quizá paso alguna tarde a comer pero me voy rápido. La siento
abandonada, los gatos me reclaman cuando llego con maullidos fuertes y largos
que pareciera me gritan. Las plantas
tienen un verde apagado, como si me extrañaran y estuvieran tristes.
Hoy
fui a mi clase de acondicionamiento físico y me di cuenta de lo abandonado que
tengo también mi cuerpo ¿quizá es que lo estoy apapachando demasiado? Mi cuerpo
está acostumbrado a trabajar largas jornadas de ejercicio diario, últimamente
trabajo casi nada, corro muy poco, casi no hago yoga, voy a clase
esporádicamente y como muchísimo. Si se me antoja algo me lo doy, o me lo dan
jajajaja pero con las ganas no me quedo. Eso está haciendo que mi cuerpo
cambie.
Hoy
no reconocí mi cuerpo, no reconocí mi casa, la veo sucia, me veo ancha. La
siento sola, me siento débil. La quiero arreglar y me quiero poner a trabajar
de nuevo. Como siempre lo he hecho, como siempre me ha gustado.
Mi
casa y mi cuerpo que para mí son lo mismo, uno espejo del otro. Siempre han
sido limpios, amplios, acogedores, fuertes, amables, flexibles. Siempre me ha
gustado cuidarlos, mantenerlos en orden y en las mejores condiciones.
Hoy
pasé la tarde en casa y fui a mi clase de acondicionamiento físico, hoy me
sorprendí por todo esto que descubrí, reconocí y agradecí. Gracias a la lección
de un lindo martes estoy lista y dispuesta a poner manos a la obra. Quiero
retomar esa parte de mí que tan feliz me hacía.
Hoy
fue un martes muy largo, lleno de subidas y bajadas. Con su toque de alegría y
tristeza. Hoy fue un hermoso martes de estar conmigo y en mi casa. Tarde de
abrazar y acariciar a los gatos. Noche de leer y escribir. Momentos con los
amigos, risas, llamadas por teléfono y mensajes de amor. Hoy me voy a dormir
cansadísima y con el corazón satisfecho, la mente complacida y el corazón
infladito de tanto y todo lo que la vida me da.
Gracias
lindo martes por tan bellas lecciones. Gracias casita mía por ser tan grande y
hermosa. Gracias gatitos por esperarme en casa y siempre tener amor para mí.
Gracias plantitas por no morir y esperar a que les hable, les cante y les eche
agua. Gracias a mi cuerpo que me aguanta, resiste y persiste. Gracias a mí misma por darme estos momentos
tan reflexivos y enriquecedores. Gracias vida. Aquí mi casa y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario