
Un tumor en mi ovario derecho al que llamé Merlín, me acercó a la muerte. Me enseño que la vida cambia como el universo en un big bang.
Me siento indiferente. Transparente. De niña me daba miedo morir quemada, asfixiada o ahogada. Nunca me ha dado miedo la muerte. Mi miedo era por no saber la forma en la que voy a morir. Como si hubiera un destino que dicta nuestro camino y al final también nuestra muerte.
Ahora identifico también un miedo al dolor o más bien a sufrir. Él me ha dicho que el dolor es inevitable, que lo asuma, lo viva y lo deje pasar. Él dice que el dolor es sólo cuestión de tiempo. Tiempo para aceptar, asumir, digerir, sanar y aprender. Dice que el sufrimiento sí es una decisión. El sufrimiento es una postura ante la vida o ciertas situaciones y uno decide ante cualquier hecho de nuestra vida sufrir o enfrentarla con valor, con valentía o con tristeza. Si la elección es sufrir, entonces sufriremos. Estoy de acuerdo. Yo creo que el dolor es inherente al ser humano y sólo podemos acelerar el tiempo para que pase rápido o no. Pero el sufrimiento si se puede evitar.
El 4 de octubre del 2010, después de dos semanas sintiéndome mal, fui por fin a realizarme un ultrasonido. Me pregunto -por qué me espere tanto?- Por qué soy tan negligente con mi salud, cuándo se supone que es lo que "más me importa en la vida". Fui al doctor hasta que un dolor en el vientre me impidió ir a trabajar. LLevaba dos semanas inflamada, con cólicos, fiebre, cuerpo cortado, sintiéndome muy cansada y con mucho sueño. Pensaba que era depresión.
Cómo se identifica la depresión?
Me cuesta mucho trabajo identificar mis emociones, si es tristeza o enojo, si es coraje o dolor, o qué tal coraje por dolor. En fin!!! terminaba de despedir a un amor que regresaba a su país de origen y sin saber cuándo lo volvería a ver haaa!!! (suspiro melancólico) lo deje en el aereopuerto y una semana después de su partida, comencé a sentirme mal. Obviamente todo lo relacione con su ausencia. Por tener Plutón y Saturno en la casa 6 soy una maestra en psicosomatización (lo cual todavía me cuesta trabajo aceptar). Con ganas de asumir mi dolor, lo acepte y decidí dejarlo pasar. Tampoco tengo muy claro una vez que uno sabe que somatiza, cómo corregirlo, evitarlo o qué se debe hacer???
Desde que inició éste año trabajo en unas oficinas del DIF desde donde se coordina el Programa de Niños Talento. Encargada de una beca especial para los niños más destacados llamada Potencialidades, me dedicaba a evaluar a los niños, delimitar el programa, mejorarlo, armar proyectos, etcétera. En septiembre de éste año ya cansada había pedido mi cambió para ser maestra. Trabajar en una oficina todos los días frente a un escritorio con una computadora ¡ya era suficiente!
Aprendí muchísimo de administración pública, realizaba un trabajo pedagógico que para eso me especialice en docencia y en cuestión política sentía que ahí comenzaba mi carrera como presidenta!!! Y por otro lado la rutina, el horario, la monotonía, la vida sedentaria y tantas presiones de contraloría y los jefes (me parece tan incomodo llamarle a alguien jefe, se me hace como decirle wey, siempre he estado en contra de eso, me gusta llamar a las personas por sus nombres). Bueno, retomando aaaaaaaaaaaa!!!!
Era horrible!!!
Me apachurre, mi alma se mermo, mi sangre se aguo y mi corazón se estaba apagando. De verdad!!! hasta físicamente me encogí.
Era mi primer día de clases. Por fin regresaba al aula. Siiii!!!! De nuevo como maestra y yo muy contenta y emocionada por que toda mi vida cambiaría perooo... un gran dolor en el vientre no me dejaba (dolor que llevaba dos semanas). Me levante con todas mis fuerzas. Prepare mi comida para llevar y un té para desinflamar. Tomaba fuerzas pensando que sólo era cuestión de aguantar hoy y por la tarde cancelaría todo, regresaría a descansar a la casa. Imaginaba que después de descansar toda la tarde al siguiente día estaría como nueva. (jajaja ingenua)
Salí da casa arrastrando. LLegue al metro llorando y en la estación del metro Etiopía, cuando las piernas ya no me sostenían, entendí que el dolor no me iba permitir llegar. Mi cuerpo se desvanecía y antes de hacer un show en el metro, tome la decisión que me había estado preguntado desde la noche anterior en la que ya me sentía mal -¿iré o no iré a trabajar?- pero no podía permitirme faltar en imi primer día de clases. Así llegué hasta donde pude, más no llegue. Al final me salí del tren, tomé el de regreso y con mis últimas fuerzas y en caridad de bulto llegue a casa.
Descanse un poco y comencé a realizar las llamadas necesarias para que el doctor me recibiera sin previa cita. Accedió por que su consultorio está a unas cuadras de mi casa y no tardaría mas de 10 min en llegar. Salí inmediatamente y paré un taxi.
Por fin iba a saber que era. Iba a recibir la noticia que cambiaría mi vida.