viernes, 29 de agosto de 2014

Fuerza!!!



Hoy lloro. No por mí. No por ti. Hoy lloro por toda la raza humano. Lloro por este mundo que nos ha visto nacer, crecer y destruirnos. Lloro por todo lo que matamos día a día. Lloro por tanta gente que muere de hambre. Lloro el egoísmo sin límites de aquellos que se llenan los bolsillos mientras en la calle hay niños que tienen frío.

Hoy lloro y nada me consuela. No hay brazos que me envuelvan y me hagan sentir amada. Hoy lloro y no hay nadie que me diga que todo estará bien.

Fuerza. Fuerza me digo y te digo. Fuerza es lo que necesito para levantarme cada mañana y seguir habitando este mundo que se desmorona. No quiero ver que un hombre tiene la fuerza y el valor de levantar su mano contra otro hombre. No quiero ver gente tirada en la calle.

Quiero ver. Veo. Me duele.

Abre los  ojos me decía mi maestra de yoga. Ahora entiendo porque me gusta cerrarlos. Ahora entiendo por que cuando estoy triste me meto a la cama y lloro hasta quedarme dormida. Ahora sé porqué me cuesta tanto trabajo despertarme en las mañanas. Ahora sé porque prefiero quedarme dormida y seguir soñando.

Quiero abrazarte y no puedo. Quiero que el estacionamiento que está frente a mis ventanas sea un parque y no lo es. Quisiera ver más mariposas volando y no hay.

Ya no se qué decir. Ya no sé que pensar. Sólo me salen lágrimas y no dejo de llorar. De sentir un vacío. Ansiedad. Desesperación e impotencia. Laberinto que ya no sé si me atrapa o me salva.

Fuerza me digo. Fuerza te digo. Fuerza!!!

domingo, 17 de agosto de 2014

Un sueño en la realidad

 

Que  maravillosas experiencias tiene para mí la vida. Realidad no tangible. Nada palpable pero es mi realidad. 

Estaba soñando contigo. Tu rostro pegado al mío. Como diría Cortazar jugábamos al cíclope.  

Estaba llena de amor. Llena de ti. Llena de amor por ti. El amor brotaba de nosotros. Juntos. Tan cerca uno del otro y los dos emanando tanto, pero tanto amor.   

Me desperté. Abruptamente desperté y seguías aquí. Frente a mí. Mirándome con tanto amor que quise tocarte y fue ahí que me di cuenta que no estabas. Fue tan real. Te ví estando despierta. Te miré aquí. A mí lado. Me tiré en la cama viendo hacia el techo y tratando de entender qué era lo que había pasado. Disfrutando todavía la sensación de tenerte frente a mí. Por alguna razón miré mi celular y lo que encuentro es un mensaje que dice –Te amo. Maravilloso despertar. Un amanecer lleno de amor y lleno de ti. Lleno de los dos. Creo que mi día será increíble por que ha empezado con una sonrisa que no me cabe en el rostro.
 
No había nada. Estaba sola en mi cama. Sin embargo en mi realidad te tuve por un instante frente a mí. Otra vez. Estabas aquí y te amaba. Aún sin estar aquí te sigo amando. Deseando. Soñando. No lo sé. Sólo sé que me gusta y me hace feliz.

viernes, 15 de agosto de 2014

Mariposas

A todas las bailarinas, hermanas, amigas, cómplices, compañeras y más. A todas ustedes mujeres hermosas que le dieron vida a mis emociones, pies a mis pensamientos, danza a mis miedos y salida a todo lo que tengo dentro. Gracias.
               
Gracias  por tomarme de la mano y no soltarme. Gracias por compartir este camino. Gracias por poner su corazón, su alma y su cuerpo en estas palabras.

Gracias por bailar estas letras, danzar con todo lo que son y hacer suyos estos mares de emociones que nos movieron como olas que llevan y traen en un constante devaneo y un permanente fluir. Fluimos y bailamos. Danzamos y nos compenetramos.

Paso a paso. Oración tras oración, danza por danza. En cada palabra estaban ustedes. Entregadas a cada instante. En cada movimiento su alma completa se develaba. En cada melodía su cuerpo vibraba. Lloramos a veces. Reímos mucho y nos confesamos todo el tiempo.

Karina con toda su energía, toda su entrega. Apasionada. Entera. Guerrera de pies a cabeza. Abriste tu corazón y adoptaste cada emoción transformándola en algo tuyo. Tan tuyo que bailaste hermoso. Tan tuya la danza que te mostraste toda. Gracias por  la fuerza que me diste. Gracias por leerme, aconsejarme, asesorarme y acompañarme. Gracias por no soltarme. Fuiste honesta en cada momento. Tu sinceridad me ayudo, me guió para no perderme ensimismada y sumergida en mí. Gracias por lo concreta que eres y por tu claridad que fueron parte fundamental para mí y para el proyecto.

Olaya tu juventud, tus risas, tus ganas de aprender y crecer. Siempre tan dispuesta. Tan ansiosa de conocer y ser más grande. Más fuerte. Más artista. Más mujer. Descubrí que te he heredado mis danzas en cada clase. Te he compartido mis pensamientos en cada plática. Te concedí mis cualidades y te otorgué mis suspensiones de alguna forma mágica. Hemos caminado hombro a hombro desde hace más de  5 años, y en cada año nos hemos hecho cada vez más una parte de la otra. Te veo danzar y es como si me viera a mí misma. Adoptaste de manera extraordinaria mis movimientos como si nos hubiéramos mimetizado en algún momento de estas coreografías que son nuestras vidas. Gracias por embeberte todas las expresiones de este baile en el que nos complementamos. Nos consagramos y alcanzamos la complicidad en una expresión tan artística como lo es la danza. Gracias por ofrecerme esa oportunidad que yo  tomé y  abracé como te abrazo a ti. Con todo mi amor. Gracias.

Jazmín, eres una mujer con todo el futuro por delante. Decidas lo que decidas recuerda que en esta vida lo menos que puedes hacer es tus sueños realidad. Deseo que seas feliz y sigas siéndolo haciendo lo que tú decidas hacer. En este caso nos tocó compartir la danza y te digo que es un arte hermoso. Es un oficio que alegra el corazón y calma la mente. Nadie te puede decir si eres o no una bailarina porque eso sólo lo decidirás tú. No permitas que nadie trunque tus sueños y si decides seguir el camino de la danza te deseo fuerza. Voluntad es lo que más se necesita en este arte en el que nunca se descansa. Tus lágrimas de felicidad al final de la función me dejaron más que llena, agradecida, feliz, satisfecha y segura de que esto que hago vale la pena. Gracias por enseñarme lo valiosa y hermosa que es mi profesión y lo importante de mi labor en esta vida. Sigue adelante.

Itzuri para ti no tengo muchas palabras. En esto momento sólo tengo amor. Estoy tan agradecida con la vida por cruzar nuestros caminos. Desde el primer momento me enamoré de ti. De tu corazón tan abierto a la vida. De tus ojos maravillados por  la danza. De tu fuerza incomparable y tu hermoso pensar. Te amo como mujer, como amiga, como hermana, como compañera, como cómplice, como bailarina, como  ser humano, como todo lo que eres y lo que somos juntas. Sentí miedo en muchos momentos del proceso. Temía que desertaras. No quería que a mitad del camino claudicaras. Mi pesadilla era que nos soltáramos. Te tomé como pude. Con todas mis fuerzas. No quería dejarte y aún que a veces eso me agotaba al final valió la pena. Lo volvería hacer y lo estoy haciendo. Te tomo de las manos de nuevo. Te abrazo y no te suelto. Sostuviste todos mis hilos cuando sin fuerza yo colgaba y pendía ya de uno sólo, el último. Los tomaste todos y me salvaste. Me diste fuerza, ánimos. Me diste tu compañía. Tu complicidad. Gracias por estar aquí. Por seguir.Por soñar.

Con todas eternamente agradecida y con muchos sueños por delante para nosotras, para estas danzas en las que nos encontramos. Muchos planes y trabajo para que esto que sembramos dé frutos.

Por mi parte les digo gracias. Tienen todo mi amor y agradecimiento. En mí tienen a una amiga y una compañera para la vida. Para las aventuras y los viajes de esta vida en la que nos encontramos. 

Yo seguiré trabajando para que esto reditúe  y podamos seguir creciendo y bailando. Riendo y llorando. Abrazándonos y danzando. 

En esta vida como en las otras nos encontramos y nos amamos. Nos acompañamos y en eso estamos. Venga brujitas de mi aquelarre. Venga guerreras imparables. Muchos sueños nos esperan.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Su ausencia

 
Me hunde. Me inunda. Me vacía. Me hace falta. Me sorprende el dolor tan grande que puede causar una ausencia. Su ausencia. La más grande. Un vacío en el que voy cayendo sin tener de que asirme.  Lo busco. Quiero ver sus ojos. Busco sus manos para tomarlas con las mías, entrelazarlas. Entrelazarnos. Sus piernas con las mías. Busco su olor. Lo tengo dentro. Es mío. Su sabor y su esencia están aprisionadas dentro de mí. Lo siento. Lo saboreo. Quizá es por eso que me hace tanta falta su cuerpo. Su boca. So compañía. Sus bromas. Sus quejas. Ahora lo extraño todo. Lo que no me gustaba. De lo que tanto me quejaba. Me hace falta él. Así como es. Así lo aprendí a amar. Así lo conocí y lo acepté. Así me enamoré. Me enamoró. Me dio todo su amor y ha dejado un hueco infinito. Imposible de llenar. Imposible de continuar  así. Sin él. Con su ausencia. Con ese dolor que es tan grande como mi amor por él. Ahora lo sé. Siempre lo amaré. Lo llegué a amar como nunca había amado a nadie. Conocí la inmensidad en sus brazos. Y ahora. Cómo me sostengo. De qué me agarro. Me siento sola. Tengo miedo.  

lunes, 4 de agosto de 2014

Ansiedad


Ella sube rápido, a veces torpe por el ansia de llegar arriba. Se tropieza, cae y se levanta de nuevo para seguir subiendo. Cuando llega al final se da cuenta de que no sabe para qué subió. No encuentra lo que buscaba. Ni si quiera sabe qué buscaba. Algo busca pero no sabe qué es. Algo necesita pero no logra aclararse. Su cuerpo se sostiene gracias a las paredes que enmarcan la escalera. Quiere correr. Quiere gritar. Quiere salir. Quiere subir. Quizá bajar. Sí, más bien quiere bajar. Mientras baja su cuerpo se azota de una pared a otra. Sigue bajando pero cuando llega al final no sabe para qué bajó. Se rasca, se alborota el cabello y se sienta. Inmediatamente se para. Se estruje todo el cuerpo sin saber qué hacer. Se vuelve a sentar. Ahí sentada se toma la cabeza. Se jala los cabellos. Se sigue rascando. Pareciera que se hace daño. Se levanta abruptamente y vuelve a subir. Sube corriendo. A mitad de la escalera se detiene. Una mano apoyada en la pared la sostiene. Ya no tiene fuerza. Su cuerpo se ve endeble. Ella luce escuálida, lánguida. Respira y sigue subiendo. Lentamente. Sube arrastrando los pies. Sus manos caen hasta los escalones y sube muy lentamente apoyada de sus cuatro extremidades. Sigue subiendo. Cuando llega al final se detiene y se logra quedar parada sin ayuda de ninguna pared y de ningún escalón. Sólo ella. Ahí. Sóla.

domingo, 3 de agosto de 2014

Llorando

Hoy lloro hasta por el ombligo. Llora mi cabello que es así de largo por él. Lloran mis pies que caminaban junto a él. Lloran mis hombros sobre los que se recargaba. Llora mi piel. Lloro toda yo y no sana este dolor.

No quiero que mi madre me vea llorar. No quiero que mi hermano me vea llorar. Por dentro lloro. Mi garganta se aprieta tanto que no salen palabras, sonidos, nada. Mis ojos explotan lágrimas. Revientan. Pero sigo respirando profundo para que no me vean llorar.

Quisiera tener alas para salir volando y que mis lágrimas sean lluvia. Porque aquí ya se estan encharcando y se hace lodo. Siento que el lodo me traga.

Quisiera tener tu pecho para llorar ahí y dejarte todo mojado. Llorar sobre tus piernas. Entre tus brazos. Quisiera tenerte cerca y olerte todo. Quisiera...