viernes, 3 de octubre de 2014

Llorando y escribiendo

 
Debo recordarme todos los días porque no quiero estar contigo. El amor me gana. Me gana. Te pienso, te recuerdo, te deseo.  A veces me quiere ganar el ansia de tenerte a mi lado. ¿Tenerte? no quiero tenerte. No sé ni siquiera qué es eso. Sólo sé que estás aquí todo el tiempo. Que me haces mucha falta. Que no dejo ni un momento de recordarnos. Llego a casa y pienso en esos momentos en los que me recibías y comíamos juntos. Hay cosas que todavía no puedo hacer como cocinar un platillo. Un platillo de esos para los que hacíamos un buen equipo y mientras uno lavaba y picaba el otro freía y calentaba tortillas. No he podido entrar a la cocina sin sentir que me hace falta mi compañero. No he podido llegar a casa sin sentir que me hace falta un beso y un abrazo tuyo. No dejo de ver el cuarto vacío. No dejas de hacer falta. A mí. A los gatos. A los peces. A las plantas. No deja de estar tu ausencia acompañándome. Acompañando a Máx. No imaginas sus maullidos. No tienes idea de lo raro y difícil que está él. Yo. Que diferente es todo sin ti. Que hueco tan grande hay acá.

Escribo mientras lloro. Lloro mientras escribo. Escribo y pienso. Pienso y escribo. Escribo lo que siento y no sé que salga pero ahí está. No sé si te lo mande pero aquí está. Afuera. Plasmado. Como tu amor en mí. Como tu imagen. Tu compañía. Los recuerdos de ese amor que aún habita en mí. Por eso debo recordarme todos los días porque no quiero estar contigo. Porque mi amor es más grande. Porque tu ausencia es gigante. Porque haces tanta falta que ya no recuerdo porque necesitaba separarme. Y ahora como siempre en mi examen de canto te dedico mis canciones. Mi voz es tuya. Para ti, amor. Ese que tanto tengo que hasta me sobra. Ese que se me desborda por todos los poros cuando te miro. Te abrazo y no quiero soltarte. Te suelto y no quiero alejarme. Te miro  y no sé que decir. Algo digo. Es verdad. Algo siento. Amor.

Es la primera vez que me dejo llorar. Es la primera vez que te lloro después de que nos separamos. No quería. Sentía que si lloraba todo se derrumbaría. Sentía que si lloraba nada me sostendría. Ahora me sostienen las letras. Estas palabras que son lágrimas.

Siento mucho amor. Siento amor por nuestros gatos. Por nuestra casa. Por nuestros peces. Por nuestras plantas. Siento amor al andar en bici. Amo mi bici. Siento amor por mis mujeres. Las amo. A todas ellas. Las que vuelan conmigo. Las que me acompañan. Las que sueñan. Mis cómplices. Siento tanto amor por ti. Tanto que hoy decidí dejarme llorar. Decidí dejarme escribir. Escribí estas palabras por ti. Por nuestro amor. Mi amor por ti.

Mi vida es un sueño hecho realidad. Mi vida es pura felicidad. Mi llanto lo disfruto. Vivo mi dolor y sigo abriendo los ojos cada mañana. Nutriéndome cada día. Sintiendo hasta la última fibra. Creciendo como mi cabello y mis uñas. Respirando. Sonriendo como lo he hecho desde niña. Siendo y fluyendo. Con mis enojos. Mis berrinches. Mis malos modos y mis prisas. Siendo así voy feliz por la vida. Esperando mis 34 para buscar ser madre. No sé si esté bien o esté mal que sea tan calculadora. Pero a mis 34 quiero empezar a buscarte de nuevo. Para ser la madre de tus hijos. Tu compañera por la eternidad. Juntos hasta el final. Hasta la victoria siempre. No sé que pase mientras tanto. No sé que pase en el transcurso. Sólo sé que te encontraré y te seguiré amando. Sólo sé que nos encontraremos y nos amaremos. Porque nunca he dejado de hacerlo. Porque siempre lo he hecho. Siempre lo haré.

Siempre tu amor.

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