miércoles, 8 de octubre de 2014

Una clase de contrología

 
con Iván Calderón es como ir al cielo y regresar. Me surgió una imperiosa necesidad de compartir lo que me pasaba porque estoy sorprendida de lo placentero y provechoso que es el trabajo en esta clase. La contrología es una disciplina muy noble. No exige la meditación tan profunda a la que se llega con yoga, pero también se medita, se respira profundo y se relaja la mente, el cuerpo y el alma. No es tan suave como el pilates pero también trabajas los músculos sin tanto esfuerzo y dolor en comparación con el trabajo en la danza. Iván tiene paciencia. Es  cariñoso y así te exige.

Me siento satisfecha y contenta al llegar porque Iván es de las pocas personas puntuales de esta ciudad. Me encanta descubrirme puntual y al llegar sorprenderme de que él ya está limpiando el salón donde vamos a trabajar. Limpiar me parece simbólico y me hace sentir que vamos a trabajar y a sanar. Limpiar y depurar no sólo el espacio, también nuestro cuerpo, el corazón, la mente.  Iván a hecho eso con el espacio. Lo ha transformado, lo ha limpiado y mejorado y con eso sólo puedo pensar que es un hombre que se transforma, que crece, que cambia y lo admiro desde el principio.

Iván como profesor se entrega, se da todo. Te cuida sin llegar a mimar. Nos apapacha  y nos pide cada vez más y más y más. Hay un avance paulatino y así mi cuerpo sede. Me he dejado estirar. Me ha alargado toda y así he soltado tensiones, contracturas y de más presiones contenidas dentro de mí. Al dejar a Iván jalarme, alongar mi cuerpo he ido dejando que saqué mis penas, he permitido que mis emociones salgan y mi he llegado a puntos de elasticidad que nunca había logrado.

Que rico, liberador y constructivo.
Después de tanto estirar siento mucho amor. Siento amor por Iván que es quien me acompaña en este proceso, me cuida y me enseña. Compartimos nuestro amor por el cuerpo. Compartimos nuestro crecimiento y nuestra respiración. Trabajamos juntos con mucha fuerza. Siento bien fuerte mi cuerpo. Siento mucho control de mí misma y me siento tan larga y estirada que salgo de clase con la sensación  de que me despego del piso. Siento que después de clase de contrología puedo volar, despegarme e irme volando a mi casa. La sensación perdura todo el día y así mis alas se despliegan y vuelo por esta mi ciudad, floto por sus calles y me elevo cada día más. Siento amor y me amo cada día más. Siento amor por mí y tengo mucho amor para dar (me), dar (les). Dar.