La vida puso en mi camino a personas maravillosas que se
acercaron a mí para que les montara una coreografía. Nos conocimos entre
música, pasos de danza y cargadas. Reímos, nos abrazamos y exploramos el
movimiento a partir de un discurso de amor que a todos nos contagió, nos llenó
y nos inundó.
Cuatro adolescentes maravillosos con muchas ganas de bailar,
pasión por la vida y alegría en sus corazones. Inyectaron vida en mí, cada
ensayo terminé agradecida por compartir con ellos esas ganas infinitas de
comerse al mundo y esa curiosidad de ir conociendo y reconociendo las
experiencias de bailar, todo lo que implica crecer y aprender.
Compartir esta experiencia con ellos me dejó llena de amor,
envuelta en curiosidad por la vida y con todas las ganas de vivirla, sentirla,
experimentarla y descubrirla en cada momento. Estar con ellos impregnó mi ser
de éxtasis y así me llevaron a revivir eso mismo que yo, a su edad experimenté
y me di cuenta ahora que por alguna razón lo había perdido.
Me siento con la energía de una adolescente de 16 años, con
la madurez y experiencia de una mujer de 30.
Este año definitivamente es un año de agradecimiento. Eterna
y completamente agradecida por conocer a Miguel, Jesús, Jimena y Rebeca.
Me siento bendecida. Gracias!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario