miércoles, 8 de abril de 2009

Recuerdo

Cuando era niña, me encantaba ir a la casa de mis abuelos, llegabamos a la hora de la comida y yo ayudaba encantada de aprender a picar el cilantro con tanta agilidad y maestría como lo hacía mi madre, para jugar con la masa del pastel de elote que hacía de postre mi abuela y ver como en el horno se transformaba en un esponjoso pan.

Sobre todo recuerdo a mi tio, que siempre tenía algo interesante que contar, yo llegaba con millones de cosas en la cabéza que vaciaba con él y me escuchaba, me hacía reir y platicabamos de todo por mucho tiempo, sobre todo en la noche, después de merendar café con leche y pan, mis abuelos se subían a dormir, cada uno a su cuarto.

Mi abuela y yo teníamos el ritual de subir, ponernos la pijama juntas, lavarnos los dientes y hacer pipi antes de irnos a la cama, nos acostabamos a ver la tele un rato, a platicar o a escuchar la radio.

En cuanto mi abuela se quedaba dormida, yo me escapaba con mi tio, que estaba abajo en el comedor, viendo la tele, fumando y esperandome.

Bajaba a platicar, a contarle todas mis inquietudes, a preguntarle miles de dudas que acumulaba a lo largo de la semana y que sabía que él y sólo él podía responder. Me enseño a crecer, me ayudo a madurar o me acompaño en mi vida hasta donde pudo.

Ahora yo lo espero, para enseñarle, ayudarlo y acompañarlo hasta donde el quiera, con todo mi amor.

Lo extraño, pienso en él y recuerdo también como le enseñaba a mi hermano a contar y a leer, a escribir y a divertirse de formas extrañas.

Recuerdo su compañía, recuerdo sus palabras, recuerdo su imagen de los fines de semana tomando cerveza y fumando, recuerdo la imagen de lunes a viernes poniendose un traje con el que se veía guapisimo para irse a trabajar siempre muy perfumado. Lo recuerdo

1 comentario:

hana matsumoto dijo...

Que lindura de recuerdo!!! A mí me gustaría acordarme de esas cosas con tanta claridad. Gracias por compartir...