martes, 19 de mayo de 2015

¿Quieres tener hijos Mar???






La respuesta no es tan fácil, pero quiero compartirla.

He decidido no tener hijos porque a través de muchos años de meditación, que para mi corta vida son muchos, pero en comparación con el universo no son “NADA”, pues he sentido infinidad de cosas que difícilmente las puedo expresar con palabras. Sensaciones, alucinaciones, imaginarios diría un amigo mío.

-No me importa.

Le contesté inmediatamente después de su intervención racional. No me importa si es una construcción de mi imaginario o una conexión real con el universo. Lo que me importa es que lo he vivido porque lo he sentido, lo he sentido por que lo he imaginado, o no. No sé y no es el punto. El punto es que cada una de esas meditaciones me han llevado a momentos de reflexión, análisis, conocimiento y esclarecimiento de mí, mi cuerpo, mis pensamientos, mis emociones. A partir de ese camino de consciencia (mínima si quiere, pero consciencia al fin), he logrado descubrir (entre muchas otras cosas) que no me hace falta tener hijos.

Sé que estoy conectada a mujeres que me han precedido y que sus historias las llevo en la piel, sus conocimientos los tengo infiltrados en mi ADN, toda la información que está antes de mí y la que me viene está aquí. En mí, en ella, en ti.

Es difícil explicarlo pero he entendido que a través de la conexión que hay entre todos los seres humanos, la naturaleza, el planeta tierra, nuestro sistema solar, el universo y todos con todos,  todos con el todo y al revés, aquí estamos y aquí seguimos.

En menos palabras sé y siento que me realizó y me he realizado ya con la realización de las que son madres, de las que fueron y de las que serán mamás. No necesito tener hijos, no me hace falta.

Celebro a las hermosas madres que nos dieron la vida y las respeto. Yo decido que mi trabajo es otro y mi realización está en otro sitio. Sospecho ya de cual podría ser, sin embargo apenas tengo 30 años y mi camino ha sido emprendido con mucho amor y confianza. Con honestidad y paciencia. Con cuidado porque apenas está empezando y creo saber cómo lo lograré, sin embargo no estoy segura de nada y eso es lo mejor de todo. Seguir aprendiendo.

A mí madre le he dicho gracias, le he pedido perdón y vamos caminando juntas amándonos. Le he pedido también que me ayude, que no me deje sola en este trabajo. Beso a mi abuela con todo mi amor y resuelvo mi pasado. Yo sé que si mi madre crece yo crezco y sé que mi crecimiento es el crecimiento de muchas mujeres que ahora son niñas absorbiéndolo todo. Quiero que ese todo que absorban sea y esté lleno de amor. Que las enseñanzas sean suaves y los aprendizajes divertidos.

En mis clases hay música, bailamos, cantamos, jugamos, platicamos y nos abrazamos. Compartimos la vida, el tiempo y las experiencias nos van uniendo y fortaleciendo. Nos hacen mejores personas porque compartimos algo, esto, todo.

Me entristece muchísimo que las clases se cancelen, me dan ganas de llevármelas a mi casa o a un parque y darles la clase ahí. Se podrá??? Veda electoral mis calzones. Dejar a las niñas y los niños sin sus clases es pecado.  No quiero que nos quiten ese espacio lleno de ingenio donde cada semana lo que veo en sus rostros y en sus cuerpos bailando no es nada, la magia que estamos haciendo en cada clase y que no puedo ver con estos ojitos miopes, esa magia es todo aquello  que estoy segura aprenden a hacer cada 8 días en el salón y que harán mañana y el resto de sus vidas.

Perdón por mezclar mis razones para no tener hijos con lo importante que es una clase a la semana que les doy a casi 300 niñ@s. Es mi época, mi contexto político y social. Son las elecciones del 2015 y mis elecciones en esté mes de mayo. Es mi realidad y toda la gozo, me duele y la vivo.

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