martes, 9 de diciembre de 2014

Ella soñaba un mundo lleno de colores



Ella soñaba con un mundo lleno de colores. Predominaba el verde y el azul. Árboles,  arbustos, plantas de un lado a otro llenaban su mundo de verde. El azul en el cielo iluminado por el sol en el día y en la noche por el reflejo de la luz en la luna. El azul del cielo reflejado en el mar. Desde el azul turquesa hasta el azul profundo. Su mundo estaba lleno de estos dos colores que eran sus favoritos. Sobre ellos brillaban como estrellas las flores rojas, moradas, anaranjadas y amarillas. Sobre ese azul destellaban los peces rosas, verdes y blancos.

Ella corría. Le gustaba correr porque así sentía el aíre despeinando sus cabellos y refrescando su piel. Prefería correr junto a sus hermanas, pero cuando nadie quería correr con ella, corría sola y era feliz. Después de correr se acostaba sobre el pasto para ver su mundo al revés. Se divertía volteando todo de cabeza.

Un día se dio cuenta que estaba soñando y que el mundo en realidad no era tan verde. El cielo no estaba tan azul y no brillaban los colores. Había mucho gris y olía feo. Todo parecía lleno de niebla, humo y olía feo. Los colores eran opacos y olía feo.

Sus hermanas corrían de miedo, lloraban y se escondían. Ella no quería correr sola y prefería quedarse dormida y seguir soñando con su mundo de colores.

Ella un día despertó y todo estaba lleno de mariposas multicolores. Bailaban y reían. Sus hermanas mientras corrían la despertaron con sus risas. Ese mundo no era el que soñaba, pero tampoco era ese gris apestoso. Era un mundo donde ella tenía el poder de cambiar algunas cosas y las que no, simplemente las pensaba bonito antes de dormir y así en sus sueños las pudía ver como ella quería.

Ella fue cambiando su mundo junto con sus hermanas para ponerlo más verde y más azul. Ella  bailaba como mariposa y llenaba de colores y risas el mundo que siempre soñó.

martes, 25 de noviembre de 2014

La música y su magia


La música entra en el cuerpo por cada orificio. No sólo los oídos. También los ojos, la nariz. La boca y los poros también sienten y saborean cada nota. 

La música me entra al cuerpo y me calma el corazón. Me alegra el alma. Me infla y me llena de colores. Los colores los veo. Los veo salir de ellos cuando tocan. Veo luz saliendo de los violins y las violas. Siento una corriente eléctrica que me recorre la columna de abajo hacia arriba  con la melodía de la guitarra. 

Soy feliz. Eso es lo único que puedo sentir. Además de felicidad, también siento un poco frío y me molesta que sea por el aire acondicionado, aún así, me siento bien. No me duele nada y estoy contenta. Muy emocionada.

Me siento como flotando en las nuebes rodeada por seres mágicos llenos de colores que sacan luz y sonidos. Creo que los sonidos son luz. Quizá la luz sea el sonido. De los contrabajos salen luces rojas, veo una linea marron envolviendo a los bajistas. De las flauas salen amarillos y chispas color naranja que despuntan sobre los flautistas. De los cornos veo ríos azules, turquezas que descienden del escenario hasta llegar a mí. Llegan y me mueven como a un barquito que navega entre sus aguas. 

Los violines llevan la melodía como mi corazón lleva el amor. Dentro. Inmerso e inherente.  Todo el día escuchando música. Todo el día en ensayos de la orquesta y al final el gran concierto. Grito, lloro, aplaudo, no dejo de sentir amor. Cierro los ojos y veo luz. Siento vibraciones en todo mi cuerpo. La magia me ha invadido. La música se me ha metido y la siento brincoteando dentro por todo mi cuerpo. 

Hoy sé que la música es magia y esa magia sana mi cuerpo. La música me hace sentir feliz. La paz y la tranquilidad me inundan. Al mismo tiempo siento una rara excitación y alegría infinita. 

Gracias músicos de la Orquesta Sinfónica del Estado de Quintana Roo, artistas que hacen magia. Músicos entregados. Felices. Se divierten haciendo su trabajo. Les apasiona su arte y disfrutan cada uno de sus conciertos. Al menos eso es lo que transmiten y lo que pude ver al acompañarlos en su arduo trabajo por este bello estado. Un verdadero y mágico placer.


jueves, 13 de noviembre de 2014

Magia de amor



Magia de amor. Eso explicaría lo que siento cuando te veo. Cuando miro tus ojos y siento que me desbordo. Me sale por los dedos, por los ojos, por los poros. Chorros y chorros de amor. Mucha luz que no puedo ocultar ni contener. Hoy de mí hacia ti puro amor. Hoy de ti hacia mí pura magia.  Algo nos está pasando.  Siento como si escuchara pasos. Como si sintiera que alguien o algo se acerca. La oscuridad y este negro que tiñe el horizonte no me permiten ver. Escucho que ahí viene. Está cerca.

¿Qué puedo hacer con mi amor?

¿Qué puedes hacer con tu magia?

¿Qué podemos hacer juntos?

Es cosa nuestra. Ya tú sabes. Y sabes que lo sé.

Al final de este viaje nos encontraremos. Al final comienza nuestro camino y estamos tú y yo. Juntos. Mirando al horizonte. En plena luz.

Mi almohada se transforma en un cangrejo y duermo tranquila. Mis pies son peces que van en sentidos opuestos. De mi comida salen serpientes que me trago enteras y devoran mis miedos, mis ansias. En mis sueños aparecen caballos y yo cabalgo veloz sobre las nubes que eran sueños y ahora son realidad.


Que escriba entonces nuestra historia. La historia de un amor. La historia de dos personas que más allá de está vida. Más allá de esta realidad. Más allá de lo tangible y lo real, se amaban.

martes, 4 de noviembre de 2014

Otra vez lloro, ya pido paz!!!

 

Otra vez lloro. Ya no sé porque lloro. Lloro por él. Lloro por mi país. Lloro por mi planeta. Lloro por mí. Me duele. Lo siento en la boca del estomago. Un vacío. Un hueco.

Lloro porque hoy maté una hormiga. No me había dado cuenta de que la había matado hasta que vi a un montón de hormiguitas reuniéndose en un mismo punto. Cuando me acerqué a ver su mitote, estaban alrededor de la hormiga que había matado. La maté al pasar el trapo de la cocina cuando limpiaba el fregadero. Ahí donde desde hace tiempo hay una plaguita de hormigas que no he podido erradicar porque no las quiero matar. Trato de que se vayan manteniendo limpio. Pero mi querido roomie deja sus trastes sucios y yo también cuando se me hace tarde. Entonces las hormigas siguen ahí. Estaba limpiando cuando con el trapo arrastré a una y la maté. Todas las demás hormigas se reunieron y una trataba de llevársela. No sé a donde pero no la dejaba ahí, se veía su gran esfuerzo por llevarla a algún lado. Cuando se canso se fue sin un rumbo fijo. Se detenía frente a otras hormigas cuando se las encontraba en su camino. Parecía que platicaban. Como si se saludaran y luego como si se despidieran seguían su camino. De pronto una de esas hormigas con las que se encontró fue por la que estaba muerta y ahora esta nueva hormiga trataba de llevarse a la caída.

Comencé a llorar porque pensé 

-Qué solidarias son.

Comencé a llorar porque quería creer que las hormigas eran más humanas que los mismos humanos. Comencé a llorar porque me duele lo que está pasando en el mundo y lo que ha pasado siempre en la historia de la humanidad. Tanta crueldad, tanta sangre.

¿Tan despiadados somos?

En verdad no cabe un poco de humildad y generosidad en nuestros gobernantes. Un poco de dignidad en el hombre que se dice ser presidente de México.

Yo misma me avergüenzo de no poder ser más humilde. De que el ego me gane. De que la vanidad me tenga comprando zapatos nuevos cuando las cosas… ¿qué son?

Qué son cuando quiero tener a mi familia cerca y a mi hermano bien abrazado. A mis amigos conmigo y a los animales a salvo.  

Qué vale un billete cuando me duele ver a un anciano tirado en la calle estirando la mano. Por qué no se lo doy. Por qué no le regalo ese único billete verde que tengo en la bolsa. No tengo cambio para darle menos pero sé que tengo otro billete en la cartera, otro en la casa y otros más en el banco.

Piedad por favor. Salud. Educación. Seguridad. Arte. Libertad. Suplico que los seres humanos que habitamos este planeta tengamos asegurado lo anterior. Podamos disfrutar y vivir un mundo en paz. Sentir amor y compartirlo.

Quiero llorar de alegría. Quiero llorar de gusto. Quiero llorar después de hacer el amor y no después de ver las noticias en un periódico. Quiero gritar de placer y no en una marcha exigiendo la vida de otros seres humanos. Quiero un mundo mejor, una vida en paz para todos los seres humanos.

Luz. Abramos los ojos y los brazos para cuidarnos y procurarnos. Vivamos en paz y armonía. 


lunes, 3 de noviembre de 2014

LLoro de todo o todo está para llorar?

 
Hay México me dueles bien profundo. No sé si sea catarsis mía pero cada marcha, cada noticia y cada grito que he dado me ha sacado una cantidad de llanto que inundaría todo el país con mis lágrimas.

Es mucha sangre ya. No entiendo como podemos llegar a estos niveles. No puedo creer que nos destruyamos así. Cuánto dolor hay en este país. Cuántas heridas sin cerrar que siguen haciendo estragos hoy. Cuánta miseria se nos trepa por los pies. Miro para atrás y más lloro. Ya no quiero voltear a ver las manchas de sangre y los pedazos de cuerpos mutilados que se han ido quedando en el camino.

Amemos al de a lado. Abracemos al de junto. Miremos al que pasa cerca. Agradezcamos al que nos ayuda. Ayudemos al que lo necesita. Seamos felices para que nos alegre la felicidad del otro. Cuidémonos. Por qué ser indiferente al dolor del otro. Por que devaluar la vida de un insecto. Por qué necesitamos tal nivel de crueldad para hacer frente a una realidad.

Quizá sean mis nervios pero lloro al mirar a tanto vagabundo en la calle, tirado o caminando con mucho trabajo. Lloro al mirar perritos flacos. Lloro al mirar a un niño tomando coca-cola. Lloro al mirar a las personas dormidas en el metro. Lloro al mirar a las personas que manejan mientras hablan por su celular. Lloro al ver que la desigualdad y la injusticia gobiernan mi país. Lloro al ver que la impunidad es el pan de cada día. Lloro y no hay nadie que me abrace para consolar mis noches. Lloro y lo único que brota de tanta tristeza y dolor son palabras que consuelan y contienen mi penar.
 

Ahora sigo caminando mientras me aferro a mis sueños. Agarrándome fuerte de la esperanza. Trabajando cada día y dando lo mejor de mí en cada momento. Secando mis lágrimas. Esperando lo mejor, preparada para lo peor.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Una clase de contrología

 
con Iván Calderón es como ir al cielo y regresar. Me surgió una imperiosa necesidad de compartir lo que me pasaba porque estoy sorprendida de lo placentero y provechoso que es el trabajo en esta clase. La contrología es una disciplina muy noble. No exige la meditación tan profunda a la que se llega con yoga, pero también se medita, se respira profundo y se relaja la mente, el cuerpo y el alma. No es tan suave como el pilates pero también trabajas los músculos sin tanto esfuerzo y dolor en comparación con el trabajo en la danza. Iván tiene paciencia. Es  cariñoso y así te exige.

Me siento satisfecha y contenta al llegar porque Iván es de las pocas personas puntuales de esta ciudad. Me encanta descubrirme puntual y al llegar sorprenderme de que él ya está limpiando el salón donde vamos a trabajar. Limpiar me parece simbólico y me hace sentir que vamos a trabajar y a sanar. Limpiar y depurar no sólo el espacio, también nuestro cuerpo, el corazón, la mente.  Iván a hecho eso con el espacio. Lo ha transformado, lo ha limpiado y mejorado y con eso sólo puedo pensar que es un hombre que se transforma, que crece, que cambia y lo admiro desde el principio.

Iván como profesor se entrega, se da todo. Te cuida sin llegar a mimar. Nos apapacha  y nos pide cada vez más y más y más. Hay un avance paulatino y así mi cuerpo sede. Me he dejado estirar. Me ha alargado toda y así he soltado tensiones, contracturas y de más presiones contenidas dentro de mí. Al dejar a Iván jalarme, alongar mi cuerpo he ido dejando que saqué mis penas, he permitido que mis emociones salgan y mi he llegado a puntos de elasticidad que nunca había logrado.

Que rico, liberador y constructivo.
Después de tanto estirar siento mucho amor. Siento amor por Iván que es quien me acompaña en este proceso, me cuida y me enseña. Compartimos nuestro amor por el cuerpo. Compartimos nuestro crecimiento y nuestra respiración. Trabajamos juntos con mucha fuerza. Siento bien fuerte mi cuerpo. Siento mucho control de mí misma y me siento tan larga y estirada que salgo de clase con la sensación  de que me despego del piso. Siento que después de clase de contrología puedo volar, despegarme e irme volando a mi casa. La sensación perdura todo el día y así mis alas se despliegan y vuelo por esta mi ciudad, floto por sus calles y me elevo cada día más. Siento amor y me amo cada día más. Siento amor por mí y tengo mucho amor para dar (me), dar (les). Dar.

viernes, 3 de octubre de 2014

Llorando y escribiendo

 
Debo recordarme todos los días porque no quiero estar contigo. El amor me gana. Me gana. Te pienso, te recuerdo, te deseo.  A veces me quiere ganar el ansia de tenerte a mi lado. ¿Tenerte? no quiero tenerte. No sé ni siquiera qué es eso. Sólo sé que estás aquí todo el tiempo. Que me haces mucha falta. Que no dejo ni un momento de recordarnos. Llego a casa y pienso en esos momentos en los que me recibías y comíamos juntos. Hay cosas que todavía no puedo hacer como cocinar un platillo. Un platillo de esos para los que hacíamos un buen equipo y mientras uno lavaba y picaba el otro freía y calentaba tortillas. No he podido entrar a la cocina sin sentir que me hace falta mi compañero. No he podido llegar a casa sin sentir que me hace falta un beso y un abrazo tuyo. No dejo de ver el cuarto vacío. No dejas de hacer falta. A mí. A los gatos. A los peces. A las plantas. No deja de estar tu ausencia acompañándome. Acompañando a Máx. No imaginas sus maullidos. No tienes idea de lo raro y difícil que está él. Yo. Que diferente es todo sin ti. Que hueco tan grande hay acá.

Escribo mientras lloro. Lloro mientras escribo. Escribo y pienso. Pienso y escribo. Escribo lo que siento y no sé que salga pero ahí está. No sé si te lo mande pero aquí está. Afuera. Plasmado. Como tu amor en mí. Como tu imagen. Tu compañía. Los recuerdos de ese amor que aún habita en mí. Por eso debo recordarme todos los días porque no quiero estar contigo. Porque mi amor es más grande. Porque tu ausencia es gigante. Porque haces tanta falta que ya no recuerdo porque necesitaba separarme. Y ahora como siempre en mi examen de canto te dedico mis canciones. Mi voz es tuya. Para ti, amor. Ese que tanto tengo que hasta me sobra. Ese que se me desborda por todos los poros cuando te miro. Te abrazo y no quiero soltarte. Te suelto y no quiero alejarme. Te miro  y no sé que decir. Algo digo. Es verdad. Algo siento. Amor.

Es la primera vez que me dejo llorar. Es la primera vez que te lloro después de que nos separamos. No quería. Sentía que si lloraba todo se derrumbaría. Sentía que si lloraba nada me sostendría. Ahora me sostienen las letras. Estas palabras que son lágrimas.

Siento mucho amor. Siento amor por nuestros gatos. Por nuestra casa. Por nuestros peces. Por nuestras plantas. Siento amor al andar en bici. Amo mi bici. Siento amor por mis mujeres. Las amo. A todas ellas. Las que vuelan conmigo. Las que me acompañan. Las que sueñan. Mis cómplices. Siento tanto amor por ti. Tanto que hoy decidí dejarme llorar. Decidí dejarme escribir. Escribí estas palabras por ti. Por nuestro amor. Mi amor por ti.

Mi vida es un sueño hecho realidad. Mi vida es pura felicidad. Mi llanto lo disfruto. Vivo mi dolor y sigo abriendo los ojos cada mañana. Nutriéndome cada día. Sintiendo hasta la última fibra. Creciendo como mi cabello y mis uñas. Respirando. Sonriendo como lo he hecho desde niña. Siendo y fluyendo. Con mis enojos. Mis berrinches. Mis malos modos y mis prisas. Siendo así voy feliz por la vida. Esperando mis 34 para buscar ser madre. No sé si esté bien o esté mal que sea tan calculadora. Pero a mis 34 quiero empezar a buscarte de nuevo. Para ser la madre de tus hijos. Tu compañera por la eternidad. Juntos hasta el final. Hasta la victoria siempre. No sé que pase mientras tanto. No sé que pase en el transcurso. Sólo sé que te encontraré y te seguiré amando. Sólo sé que nos encontraremos y nos amaremos. Porque nunca he dejado de hacerlo. Porque siempre lo he hecho. Siempre lo haré.

Siempre tu amor.

viernes, 29 de agosto de 2014

Fuerza!!!



Hoy lloro. No por mí. No por ti. Hoy lloro por toda la raza humano. Lloro por este mundo que nos ha visto nacer, crecer y destruirnos. Lloro por todo lo que matamos día a día. Lloro por tanta gente que muere de hambre. Lloro el egoísmo sin límites de aquellos que se llenan los bolsillos mientras en la calle hay niños que tienen frío.

Hoy lloro y nada me consuela. No hay brazos que me envuelvan y me hagan sentir amada. Hoy lloro y no hay nadie que me diga que todo estará bien.

Fuerza. Fuerza me digo y te digo. Fuerza es lo que necesito para levantarme cada mañana y seguir habitando este mundo que se desmorona. No quiero ver que un hombre tiene la fuerza y el valor de levantar su mano contra otro hombre. No quiero ver gente tirada en la calle.

Quiero ver. Veo. Me duele.

Abre los  ojos me decía mi maestra de yoga. Ahora entiendo porque me gusta cerrarlos. Ahora entiendo por que cuando estoy triste me meto a la cama y lloro hasta quedarme dormida. Ahora sé porqué me cuesta tanto trabajo despertarme en las mañanas. Ahora sé porque prefiero quedarme dormida y seguir soñando.

Quiero abrazarte y no puedo. Quiero que el estacionamiento que está frente a mis ventanas sea un parque y no lo es. Quisiera ver más mariposas volando y no hay.

Ya no se qué decir. Ya no sé que pensar. Sólo me salen lágrimas y no dejo de llorar. De sentir un vacío. Ansiedad. Desesperación e impotencia. Laberinto que ya no sé si me atrapa o me salva.

Fuerza me digo. Fuerza te digo. Fuerza!!!

domingo, 17 de agosto de 2014

Un sueño en la realidad

 

Que  maravillosas experiencias tiene para mí la vida. Realidad no tangible. Nada palpable pero es mi realidad. 

Estaba soñando contigo. Tu rostro pegado al mío. Como diría Cortazar jugábamos al cíclope.  

Estaba llena de amor. Llena de ti. Llena de amor por ti. El amor brotaba de nosotros. Juntos. Tan cerca uno del otro y los dos emanando tanto, pero tanto amor.   

Me desperté. Abruptamente desperté y seguías aquí. Frente a mí. Mirándome con tanto amor que quise tocarte y fue ahí que me di cuenta que no estabas. Fue tan real. Te ví estando despierta. Te miré aquí. A mí lado. Me tiré en la cama viendo hacia el techo y tratando de entender qué era lo que había pasado. Disfrutando todavía la sensación de tenerte frente a mí. Por alguna razón miré mi celular y lo que encuentro es un mensaje que dice –Te amo. Maravilloso despertar. Un amanecer lleno de amor y lleno de ti. Lleno de los dos. Creo que mi día será increíble por que ha empezado con una sonrisa que no me cabe en el rostro.
 
No había nada. Estaba sola en mi cama. Sin embargo en mi realidad te tuve por un instante frente a mí. Otra vez. Estabas aquí y te amaba. Aún sin estar aquí te sigo amando. Deseando. Soñando. No lo sé. Sólo sé que me gusta y me hace feliz.

viernes, 15 de agosto de 2014

Mariposas

A todas las bailarinas, hermanas, amigas, cómplices, compañeras y más. A todas ustedes mujeres hermosas que le dieron vida a mis emociones, pies a mis pensamientos, danza a mis miedos y salida a todo lo que tengo dentro. Gracias.
               
Gracias  por tomarme de la mano y no soltarme. Gracias por compartir este camino. Gracias por poner su corazón, su alma y su cuerpo en estas palabras.

Gracias por bailar estas letras, danzar con todo lo que son y hacer suyos estos mares de emociones que nos movieron como olas que llevan y traen en un constante devaneo y un permanente fluir. Fluimos y bailamos. Danzamos y nos compenetramos.

Paso a paso. Oración tras oración, danza por danza. En cada palabra estaban ustedes. Entregadas a cada instante. En cada movimiento su alma completa se develaba. En cada melodía su cuerpo vibraba. Lloramos a veces. Reímos mucho y nos confesamos todo el tiempo.

Karina con toda su energía, toda su entrega. Apasionada. Entera. Guerrera de pies a cabeza. Abriste tu corazón y adoptaste cada emoción transformándola en algo tuyo. Tan tuyo que bailaste hermoso. Tan tuya la danza que te mostraste toda. Gracias por  la fuerza que me diste. Gracias por leerme, aconsejarme, asesorarme y acompañarme. Gracias por no soltarme. Fuiste honesta en cada momento. Tu sinceridad me ayudo, me guió para no perderme ensimismada y sumergida en mí. Gracias por lo concreta que eres y por tu claridad que fueron parte fundamental para mí y para el proyecto.

Olaya tu juventud, tus risas, tus ganas de aprender y crecer. Siempre tan dispuesta. Tan ansiosa de conocer y ser más grande. Más fuerte. Más artista. Más mujer. Descubrí que te he heredado mis danzas en cada clase. Te he compartido mis pensamientos en cada plática. Te concedí mis cualidades y te otorgué mis suspensiones de alguna forma mágica. Hemos caminado hombro a hombro desde hace más de  5 años, y en cada año nos hemos hecho cada vez más una parte de la otra. Te veo danzar y es como si me viera a mí misma. Adoptaste de manera extraordinaria mis movimientos como si nos hubiéramos mimetizado en algún momento de estas coreografías que son nuestras vidas. Gracias por embeberte todas las expresiones de este baile en el que nos complementamos. Nos consagramos y alcanzamos la complicidad en una expresión tan artística como lo es la danza. Gracias por ofrecerme esa oportunidad que yo  tomé y  abracé como te abrazo a ti. Con todo mi amor. Gracias.

Jazmín, eres una mujer con todo el futuro por delante. Decidas lo que decidas recuerda que en esta vida lo menos que puedes hacer es tus sueños realidad. Deseo que seas feliz y sigas siéndolo haciendo lo que tú decidas hacer. En este caso nos tocó compartir la danza y te digo que es un arte hermoso. Es un oficio que alegra el corazón y calma la mente. Nadie te puede decir si eres o no una bailarina porque eso sólo lo decidirás tú. No permitas que nadie trunque tus sueños y si decides seguir el camino de la danza te deseo fuerza. Voluntad es lo que más se necesita en este arte en el que nunca se descansa. Tus lágrimas de felicidad al final de la función me dejaron más que llena, agradecida, feliz, satisfecha y segura de que esto que hago vale la pena. Gracias por enseñarme lo valiosa y hermosa que es mi profesión y lo importante de mi labor en esta vida. Sigue adelante.

Itzuri para ti no tengo muchas palabras. En esto momento sólo tengo amor. Estoy tan agradecida con la vida por cruzar nuestros caminos. Desde el primer momento me enamoré de ti. De tu corazón tan abierto a la vida. De tus ojos maravillados por  la danza. De tu fuerza incomparable y tu hermoso pensar. Te amo como mujer, como amiga, como hermana, como compañera, como cómplice, como bailarina, como  ser humano, como todo lo que eres y lo que somos juntas. Sentí miedo en muchos momentos del proceso. Temía que desertaras. No quería que a mitad del camino claudicaras. Mi pesadilla era que nos soltáramos. Te tomé como pude. Con todas mis fuerzas. No quería dejarte y aún que a veces eso me agotaba al final valió la pena. Lo volvería hacer y lo estoy haciendo. Te tomo de las manos de nuevo. Te abrazo y no te suelto. Sostuviste todos mis hilos cuando sin fuerza yo colgaba y pendía ya de uno sólo, el último. Los tomaste todos y me salvaste. Me diste fuerza, ánimos. Me diste tu compañía. Tu complicidad. Gracias por estar aquí. Por seguir.Por soñar.

Con todas eternamente agradecida y con muchos sueños por delante para nosotras, para estas danzas en las que nos encontramos. Muchos planes y trabajo para que esto que sembramos dé frutos.

Por mi parte les digo gracias. Tienen todo mi amor y agradecimiento. En mí tienen a una amiga y una compañera para la vida. Para las aventuras y los viajes de esta vida en la que nos encontramos. 

Yo seguiré trabajando para que esto reditúe  y podamos seguir creciendo y bailando. Riendo y llorando. Abrazándonos y danzando. 

En esta vida como en las otras nos encontramos y nos amamos. Nos acompañamos y en eso estamos. Venga brujitas de mi aquelarre. Venga guerreras imparables. Muchos sueños nos esperan.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Su ausencia

 
Me hunde. Me inunda. Me vacía. Me hace falta. Me sorprende el dolor tan grande que puede causar una ausencia. Su ausencia. La más grande. Un vacío en el que voy cayendo sin tener de que asirme.  Lo busco. Quiero ver sus ojos. Busco sus manos para tomarlas con las mías, entrelazarlas. Entrelazarnos. Sus piernas con las mías. Busco su olor. Lo tengo dentro. Es mío. Su sabor y su esencia están aprisionadas dentro de mí. Lo siento. Lo saboreo. Quizá es por eso que me hace tanta falta su cuerpo. Su boca. So compañía. Sus bromas. Sus quejas. Ahora lo extraño todo. Lo que no me gustaba. De lo que tanto me quejaba. Me hace falta él. Así como es. Así lo aprendí a amar. Así lo conocí y lo acepté. Así me enamoré. Me enamoró. Me dio todo su amor y ha dejado un hueco infinito. Imposible de llenar. Imposible de continuar  así. Sin él. Con su ausencia. Con ese dolor que es tan grande como mi amor por él. Ahora lo sé. Siempre lo amaré. Lo llegué a amar como nunca había amado a nadie. Conocí la inmensidad en sus brazos. Y ahora. Cómo me sostengo. De qué me agarro. Me siento sola. Tengo miedo.  

lunes, 4 de agosto de 2014

Ansiedad


Ella sube rápido, a veces torpe por el ansia de llegar arriba. Se tropieza, cae y se levanta de nuevo para seguir subiendo. Cuando llega al final se da cuenta de que no sabe para qué subió. No encuentra lo que buscaba. Ni si quiera sabe qué buscaba. Algo busca pero no sabe qué es. Algo necesita pero no logra aclararse. Su cuerpo se sostiene gracias a las paredes que enmarcan la escalera. Quiere correr. Quiere gritar. Quiere salir. Quiere subir. Quizá bajar. Sí, más bien quiere bajar. Mientras baja su cuerpo se azota de una pared a otra. Sigue bajando pero cuando llega al final no sabe para qué bajó. Se rasca, se alborota el cabello y se sienta. Inmediatamente se para. Se estruje todo el cuerpo sin saber qué hacer. Se vuelve a sentar. Ahí sentada se toma la cabeza. Se jala los cabellos. Se sigue rascando. Pareciera que se hace daño. Se levanta abruptamente y vuelve a subir. Sube corriendo. A mitad de la escalera se detiene. Una mano apoyada en la pared la sostiene. Ya no tiene fuerza. Su cuerpo se ve endeble. Ella luce escuálida, lánguida. Respira y sigue subiendo. Lentamente. Sube arrastrando los pies. Sus manos caen hasta los escalones y sube muy lentamente apoyada de sus cuatro extremidades. Sigue subiendo. Cuando llega al final se detiene y se logra quedar parada sin ayuda de ninguna pared y de ningún escalón. Sólo ella. Ahí. Sóla.

domingo, 3 de agosto de 2014

Llorando

Hoy lloro hasta por el ombligo. Llora mi cabello que es así de largo por él. Lloran mis pies que caminaban junto a él. Lloran mis hombros sobre los que se recargaba. Llora mi piel. Lloro toda yo y no sana este dolor.

No quiero que mi madre me vea llorar. No quiero que mi hermano me vea llorar. Por dentro lloro. Mi garganta se aprieta tanto que no salen palabras, sonidos, nada. Mis ojos explotan lágrimas. Revientan. Pero sigo respirando profundo para que no me vean llorar.

Quisiera tener alas para salir volando y que mis lágrimas sean lluvia. Porque aquí ya se estan encharcando y se hace lodo. Siento que el lodo me traga.

Quisiera tener tu pecho para llorar ahí y dejarte todo mojado. Llorar sobre tus piernas. Entre tus brazos. Quisiera tenerte cerca y olerte todo. Quisiera...

martes, 29 de julio de 2014

LA TITULADA


Hoy  retome un par de blogs que sigo de dos hermosas mujeres con las que me encuentro en sus letras y me han inspirado y recordado lo abandonados que tengo mis blogs.

Hoy escribo aquí, motivada por lo que estoy viviendo.

Hermoso lugar en el que me encuentro. Un lugar que me hace temblar de miedo pero por otro lado me ayuda a respirar profundamente y llenarme de ilusión.

Por fin… CHACA CHA CHAN (redoble de tambores) “YA ME TITULÉ”

YA!!! Por fin!!! Y nada me llena más de paz. La conocí o reconocí después de tanto tiempo de no encontrarla en ningún lado. Me abandono y se escapó como su sombra a Peter Pan. Así la busqué y la perseguí haciendo yoga, tomándome un café con mis amigos, viendo una película, pasando un domingo con la familia, dormida hasta las 3 de la tarde y no encontraba mi paz por ningún lado.

Ya me titulé y en automático entró en mí. Se apoderó de mí ser. Hoy lo habita y yo le doy un hermoso espacio dentro de mí. La abrazo. Creo que incluso la contagio. Amo la paz que hoy habita en mí. La paz que me inunda, me llena y me satisface.

Estoy en un punto en el que quiero decidir qué hacer de mi vida. Hacia dónde quiero dirigirla. Veo un cúmulo de opciones, caminos, rutas y sueños que quiero, puedo y otros que debo seguir pero, quiero abandonar mis ideas. Esas rutas que traza la familia y te dicen para donde ir. Quiero abandonar el itinerario e inventarme uno nuevo.

Quiero soltar, dejar, vaciarme y así comenzar. Como en año nuevo y su hermosa sensación cíclica de poder empezar. Me encanta esa energía colectiva de iniciar un nuevo año y una nueva vida, nueva casa, nuevos propósitos. Eso que podríamos hacer con cada amanecer, cada inicio de semana o cada principio de mes. Eso que podríamos decidir y empezar ya. Eso quiero hacer ahora.

Hoy tengo la oportunidad y la tomo con toda consciencia de dar los pasos que quiero hacia donde yo decida. Me siento lista para planear mi vida ya sin preceptos sociales que me digan, estudia, termina tu carrera, ahora trabaja, cásate, ten hijos, bla bla bla.

Ahora estoy aquí, consciente, entera, entregada y decidida a hacer de mi vida lo que yo quiera. Tengo la oportunidad y la tomo. Así que… A VOLAR!!!


jueves, 12 de junio de 2014

Acabo de tener mi primer accidente en bici.


 

Venía bajando por la calle de Altavista (San Ángel) y el chofer de un microbús me aventó su tremendo camión lleno de pasajeros. Como si cerrarme el camino le fuera ayudar a tenerla "más grande". La verdad es que no sé qué pase por la mente de esos automovilistas y choferes de camiones que nos avientan el coche y nos cierran el camino. No entiendo qué placer les da amedrentar al ciclista pero, en fin. Vino por alrededor de 400 metros molestándome el camión cuando vi un tope más adelante y pensé

-Para pasar el tope, tendrá que frenar, en ese momento lo alcanzo me pongo del lado de la puerta del chofer y le pido respeto porque haaaaaaaaaaaa!!! –

En eso andaba cuando de pronto... paz!!! zaz!!! pum!!! haaa!!!

El camión se paró antes del tope no para pasar el tope con cuidado, noooooo!!! Por supuesto que no!!! Eso no hacen los camiones, ellos se pasan los topes como si trajeran abordo costales de harina y los brincan sin importarles que sus pasajeros salgan volando.

 El camión se paró para bajar a una pasajera. No se orilló, nooooo ¿Para qué? Que se baje como pueda. El chofer lleva mucha prisa porque tiene que llegar al metro viveros para poder regresar y así volver a bajar y dar no sé cuántas vueltas pero mi pregunta es

¿Cuál es el problema que impide al  microbús orillarse para bajar pasaje?

No lo sé, pero bajó  a  su pasajera (mujer joven de veinte y tantos años), la mujer sin fijarse en nada!!! Descendió del camión y mientras tanto yo bajaba con mi bici a una buena velocidad porque altavista es una bajada bastante pronunciada y se toma buena velocidad. En ese momento nos encontramos y nos estampamos. Chocamos horrible. Le pegué bastante fuerte con mi bici a la mujer al punto de abollarse mi canasta.

Yo frené con todo, más la bajada y la velocidad  provocó, sumado al impacto, que saliera volando por encima de la bici rodando en el piso  y levantándome inmediatamente preocupada por la muchacha para ver cómo estaba.

Confesó que ella es ciclista y que ya me había visto porque el camión se me venía cerrando el paso  y pensó en fijarse al bajar, pero precisa y justamente al momento de ir descendiendo de su transporte… “Se le olvido”. Esas fueron sus palabras. Entonces no se fijó y nos estampamos.

Responsables 3

1.       Chofer de microbús por no orillarse y amedrentar al ciclista.

2.        Mujer que permite que la bajen donde sea y no voltea a los lados antes de descender de su transporte.

3.       La ciclista que en lugar de tomar las placas del microbús para luego reportarlo trató de  alcanzarlo y no tuvo cuidado.

domingo, 18 de mayo de 2014

UN JABÓN NATURAL





Hay muchos hábitos en mi vida que  tengo inconscientemente. La mayoría los he heredado de mi madre, mi padre, mis abuelos, mis tíos, primos, etc. Otros me los heredó la sociedad, la religión, la escuela, la humanidad. Afortunadamente están los que he ido cambiando y me he ido formando con total decisión, en pleno uso de mi consciencia y con todo el gusto y las ganas de crecer y ser mejor. En el peor de los casos he tenido hábitos por cuestiones de salud que de una u otra forma las lecciones y enseñanzas de la vida me han ayudado a cambiar.

Por cuestiones de salud he tenido que modificar mi alimentación, he dejado muchas cosas que me gustan y otras que por suerte no extraño para nada. Por ideología y valores he dejado de consumir muchos alimentos que son delicioso pero que prefiero evitar. Hoy, a mis 29 años soy otra. Una mujer muy diferente a la mujer de 18 años que dejó su casa buscando ser libre.

Hoy disfruto mucho comer mi medicina y que mi medicina sea mi alimento. Seguir la dieta según mi tipo de sangre me ha transformado la vida, pero de eso les hablaré después vale la pena un gran post para eso. Lo que quiero compartir aquí es lo que la “VARICELA” me enseñó.

A mis 28 años la varicela me atacó durísimo. Comezón incontrolable, fiebres muy altas y mucho dolor muscular. No me aguantaba ni un segundo más. Ya no podía conmigo misma hasta que Jor buscó en internet y descubrió que el “AVENA” es buenísima para la piel.

Investigué y saqué mi propia receta. La usé para bañarme durante la varicela y llevo usando esta receta como jabón. La recomiendo mucho.

Limpia mejor que el jabón porque no altera nuestro PH y tampoco irrita o reseca nuestra piel (por cierto la piel es el órgano más grande que tenemos) muy al contrario la humecta, la suaviza y alivia cualquier irritación, zarpullido o picazón.

INGREDIENTES:
*Una taza chica
*Avena
*Un calcetín viejo
*Una licuadora o moulinex

INSTRUCCIONES:
1.- Licua una taza chica de avena hasta dejar el avena hecha polvo. La licuadora debe estar bien seca para que pueda quedarte el avena hecha harina.
2.- Ese polvo de avena o harina de avena, lo vacías en un calcetín.
3.- Anuda el calcetín para que no se salga el harina de avena.
4.- Úsalo como jabón durante tu baño y báñate como regularmente lo haces. Ya sea que prefieras tallar fuertemente o te acariciar tu cuerpo, según te guste más, exprime esporádicamente el calcetín para que se vierta su leche sobre ti, la leche humectará tu piel y la dejara suave y tersa.

5.- Enjuágate bien y seca tu cuerpo suavemente dando pequeños golpecitos en todo tu cuerpo con la toalla.

* PARA EL CABELLO: Puedes dejar remojando el calcetín en un recipiente para que el avena suelte su leche y esa leche puedes usarla en tu cabello después de lavarlo. Una vez que te hayas lavado tu cabello, vacía la leche sobre él y frótalo para esparcirlo bien. Date un rico masaje en la cabeza y luego enjuaga con abundante agua. El cabello se humectará y quedará más suave y brilloso.

*Ese mismo calcetín te puede durar 2 o 3 baños. Cámbialo cuando  sientas que el calcetín ya no suelta leche y su consistencia ya no sea babosa o gelatinosa.

*Si tienes tina puedes dejar flotando el calcetín, pronto el agua de la tina estará toda blanca como si fuera leche, sumérgete en la tina y disfruta de un baño para diosas. Acaríciate con el calcetín y disfruta té. Con el avena dentro del calcetón sólo tendrás que vaciar la tina  no tendrás ningún problema para lavarla.

Espero mi experiencia te sirva de algo. Cualquier duda puedes comentar el post y yo inmediatamente te responderé.

Disfrutando de su cuerpo se despide de ustedes. MAR ^^

martes, 29 de abril de 2014

YOGA




He estado practicando eso de levantarme a las 8 am. Quizá no lo saben pero me pueden dar las 2 o 3 de la tarde y yo seguir tranquilamente dormida. Ahora eso de levantarme temprano se está volviendo un hábito que me encanta porque me da tiempo de tomarme el tiempo. Según mi ciclo circadiano las 9 am es la mejor hora para el deporte pues aumenta la secreción de testosterona. Así que a las 9 hago yoga y la verdad es que soy muy feliz.

Bueno, volviendo al punto por lo que decidí escribir esto es porque un lunes, después de despedir a mi prima Chumali (el domingo anterior al lunes en el aeropuerto, porque se regresaba a canada. Lugar donde vive.) mientras hacía yoga, después de una hora de haber empezado mi práctica, comencé a disolverme. Era como si mi cuerpo fuera de arena y mi figura o mi ser se desmoronara bonito. Se fundía con lo demás que también era de arena. Creo que más bien me sentía yo de polvo porque era algo muy finito, de una consistencia minúscula que juntita me formaba pero en ese momento me disolvía. 

Seguía en mi asana respirando y sin darme cuenta, de pronto como si estuviera soñando. Exacto esa era la sensación, como si hubiera empezado a soñar y sin más ni más ya estaba en la casa de mi prima en Canadá. Fui a recostarme a su lado. Ella estaba en su cama y yo me acosté junto a ella. La abracé y le dije

-todo estará bien. Te amo y siempre que me necesites aquí estaré. No existe el tiempo ni la separación. La distancia es sólo una ilusión y yo estaré contigo abrazándote siempre que te haga falta.

Mientras tanto seguía en la misma asana respirando. Cosa que tengo bien clara porque en cuanto tomé consciencia de dónde estaba y de lo que estaba haciendo ( Canada, abrazando a mi prima) abrí los ojos y seguía aquí. En mi casa, sobre mi mat de yoga verde y en la misma asana.

Seguía respirando y como si fuera despertando muy lentamente me senté en flor de loto y comencé a meditar ahí. Mi mente trataba de recapitular y entender lo que había pasado.

Un viaje astral???

Lo único que puedo es compartir la experiencia que 9 días después casi logro repetir. Sin intención alguna de hacerlo, cabe aclarar.

Estaba como acostumbro últimamente haciendo yoga a las 9 y cacho de la mañana, a media práctica y de pronto sentí a Analía. Vieja amiga con la que viví un tiempo y con quien empecé a practicar yoga diariamente. Gracias a ella sé lo que hoy sé de esta disciplina. Gracias a sus enseñanzas sobreviví a una depresión. Gracias a su compañía crecí mucho y ahora la sentía como si estuviera a mi lado o yo al lado de ella. No lo sé, pero ahí, le decía lo mucho que le agradecía por todo lo compartido y vivido. El cariño infinito que sentía por ella. Mi amor y mi gratitud que no se habían terminado con nuestra amistad. Le expresaba de alguna manera que ni siquiera estaba segura de que nuestra amistad se hubiera terminado. De lo que sí estaba segura es que nuestra relación se había transformado pero para mí seguía existiendo.

No puedo decir que se lo dije con palabras. Sólo sé que se lo dije. Sólo sabía que estábamos cerca y juntas como hace más de 5 años y se lo decía o se lo comunicaba. Se lo expresaba de alguna manera.

No sé que sea lo que me esté pasando pero es hermoso y lo disfruto. No busco definir mis experiencias, sólo compartirlas. No quiero explicaciones de nada, quiero seguir creciendo y aprendiendo. Viviendo y compartiendo. Perdonando y agradeciendo.

domingo, 6 de abril de 2014

Mis 29 vuelas al sol


 
Tengo 29 vueltas a mi sol. Este año son ya 29 de esta vida. Ahora sí puedo decirles que siento que he madurado. He crecido. Hoy soy una mujer. Una grande. En años anteriores ya me sabía mujer. Descubrí cuando tenía 23 años que había crecido cuando deje de decir no sé.

Que quieres estudiar? No sé.
Que quieres hacer saliendo de la escuela? No sé.
Cómo quieres liberar tu servicio social? No sé.
Qué quieres comer hoy? No sé.
Quieres tener hijos? No sé.

La verdad es que me encanta crecer y festejo con mucha alegría cada año cumplido y vivido, pero este año en especial la madurez la he sentido en cada poro de mi cuerpo. En esa cana que me descubrí del lado izquierdo. Esa fiesta de la que me costo tres días recuperarme y en esas respuestas que se transformaron de un no sé a…

Quieres tener hijos? Sí, uno, pero no ahora. Todavía soy muy egoísta como para dedicarle tanto de mi vida a otro ser. Quizá en cinco años.
Qué vas a hacer después de titularte? Quiero estudiar psicoterapia corporal.
Qué quieres comer? Se me antoja mucho comer sushi o un huarache en el centro.


Siento la madurez cuando me despierto feliz de pensar en mis tareas por cumplir para el día de hoy. Me duermo tranquila después de cerrar la agenda y tener claro los planes del día y las metas a alcanzar. Hoy para mí, ser una mujer significa responsabilidad. Entrega. Acuerdos. Felicidad. Ser yo. Darme. Entre muchas otras cosas. Algunas indefinibles.

Cuando era más pequeña las responsabilidades me agobiaban. Las odiaba. Me rebelaba ante ellas y las saboteaba cada vez que podía. Me ponían de malas y me pesaban. A mis 29 años, que no sé si sean muchos o pocos. Simplemente son mis  29 y son todo para mí. A esta edad puedo decir que tengo a una gran ñoña adentro de mí. Esa que a veces se asomaba pero mi rebelde sin causa la apachurraba para que no saliera muy seguido a arruinarnos la diversión. Pues ahora me parece sumamente divertido regar mis plantitas. Me encanta dejarles la arena limpia a los gatitos. Disfruto tremendamente irme a dormir temprano y dormir bien para despertar con energía. Amo tomarme el tiempo en las mañanas para despertar, besar al hombre que amo, tomarme un té mientras leo los periódicos y revisar mi correo después de tomar mi lección de inglés. 

A los 29 años soy una mujer feliz de cumplir con sus responsabilidades. Muy comprometida. Trabajando día a día para ser mejor, corregiendo sus errores. aprendiendo las lecciones de la vida y escuchando a las personas que me rodena.

Tengo muchas cosas que agradecer a mis 29 años. Le agradezco a la vida por tenerme aquí  vivita y coleando después de fuertes enfermedades, grandes retos de salud y lecciones que hoy me hacen ser quien soy. Gracias a mis padres por haberme enseñado a ser libre, a ser autosuficiente, por enseñarme a ser tan independiente. Me enseñaron a preocuparme por el otro y a ser feliz a lado de las personas que amo. Gracias a mi hermano por enseñarme lo fuerte que soy, por ser mi motivación, mi inspirción. Gracias a la familia que ha estado a mi lado, celebrando mis triunfos, acompañándome en los fracasos, compartiendo la mesa, inspirando alegrías. Enriqueciéndonos a cada instante en cada momento. Gracias a mis amigos que son mi familia escogida. Gracias a mis hermanos y hermanas de vida. Compañeros de camino con los que hemos decidido estar cerca y vamos compartiendo experiencias y que tanto me han enseñado, apoyado y acompañado. Gracias a mi compañero de cama, de sueños, de vida, de casa, de sexo y de amor. Gracias a todos los que me han dado y a los que me he dado. Gracias por esa reciprocidad que hoy a estos 29 años me doy cuenta que ha sido mucha y que ha sido lo que ha tenido que ser porque no podría haber sido de otra forma. Feliz de haber recorrido 29 vueltas al sol y seguir caminando por mis 29 años de ser:

Martha Itzel Guadalupe Espinosa Trejo. Mujer. Piscis. Mexicana. Artista. Bailarina. Actriz. Maestra. Coreógrafa. Egresada del INBA. 1.58 m. 49 kg. Ascendente géminis. Rata con compañero de camino caballo. Mano entonada azul. Cabello rizado y castaño oscuro. Ojos aceitunados. Alegre. Trabajadora. Optimista. Sumamente sensible. Romántica. Explosiva. Compañera y amiga.