Cómo una linda noche se puede volver pesadilla.
Comienzo a escribir para sacarme los monstruos de la cabeza y convertirlos en
palabras.
Mientras lo hago me detengo.
Pienso en para qué me sirve escribir cuando mi corazón está
llorando.
Me dan ganas de dejar de escribir y sólo llorar.
Quiero dejar de llorar y mejor escribir.
Pienso que lo mejor es escribir mientras lloro, para así sacarlo todo, pero en el fondo deseo
dejar de llorar, dejar de escribir y correr a tus brazos.
¿Quizá es que no sé pedir amor?
La realidad es que a veces tengo tanto amor que no sé cómo
darlo. Me desbordo y me ahogo sola.
Esta noche lloré con la luna. La luna llena y yo tan sola.
Esta noche estabas a mi lado en la cama y te sentía tan
lejos, que preferí levantarme a escribir y hablarle a la luna. Ver las
estrellas y sentir el viento de las tres de la mañana.
La luna llena y yo menguando. Menguando la luna y yo tan
llena. Llena de amor, de ilusiones, sueños y fantasías.
Realidades que nunca sabré si serán verdad, hasta que sean y
cuando sean, no sabré si son reales.
Sólo espero como
hasta ahora, saberlo adentro. Ahí donde la niña llora, se oculta y se resguarda
para salir a salvo.
Saberlo en el fondo y seguir adelante. Sin miedos, sin
monstruos.
Seguir adelante y seguir con los sueños. Seguir llena de
amor y con tanta ilusión. Seguir creyendo y con el corazón entero.
Seguir y seguir hasta llegar a vivir una linda noche, y ya.