Llegué al ginecólogo muy preocupada por un desorden hormonal que me traía vuelta loca, y en el ultrasonido el doctor me dice –señorita usted está muy bien (entre otras cosas), pero tiene colitis.
¿Colitis? ¿qué es eso? ¿cómo se quita? ¿qué hago?
Después de esa noticia, empecé a sentir conscientemente mi
estomaguito inflamado. Diarrea de vez en cuando. Dolor abdominal, retortijones,
cólicos. Cansancio extremo. Nada de ganas de comer nada.
Es un malestar eterno, constante y permanente. Es sentir los
metros y metros de tripa que tenemos adentro dilatadas, distendidas y flojas
como si estuvieran llenas de agua y pesaran kilos y kilos dentro de mi pequeño
abdomen.
Dice el doctor que es estrés. Ahora que alguien me explique
¿Qué demonios es el estrés? Yo no me siento estresada, al contrario creo que mi
vida es bastante relajada y tranquila. Miro mi agenda y pienso en lo mucho que
hacía antes y lo poco que estoy haciendo
últimamente. Paso tiempo en casa, como lo que yo cocino y hago ejercicio.
Claro que después de años y años de una dieta bastante
balanceada y cuidada por mí, para mantenerme saludable y lejos del estreñimiento
que tantos años me aquejó., ahora se ha visto muy cambiada gracias a que tengo
una relación hermosa con un hombre que come como si fuera el último día de su
vida. Lo disfruta, lo goza, lo prepara, lo saborea, lo comparte y lo reposa de
maneras tan envidiables, que no he podido más que dejarme consentir y enseñar a
comer así de rico. Claro que lo rico no siempre es saludable, los antojos no
son siempre balanceados y sus porciones de hombre alto que mide 1.90 no son
exactamente las porciones de una mexicana común y chaparrita de 1.58 como yo.
También pueden ser mis angustias económicas gracias al
maldito banco y sus estúpidas tarjetas que me robaron y me dejaron sin dinero y
con deudas. Mi nueva vida sin tanto teatro y más danza. Mi nueva forma de
transportarme sin tanta bici y ahora
mucho carro, lo cual me tiene bastante
decepcionada de mi misma y quisiera pasar a otro punto. Se me ocurre que
también puede ser tanto picante, tantas emociones excitantes en tan poco
tiempo.
¿El clima quizá?
Quizás es todo, pero es horrible y quiero que acabe ya. A
recuperar a esa Mar que comía bien, andaba en bici y era relajada y ocupada, no
preocupada.
A ver qué tal me va con este intento de retomar lo bueno de
la Mar de antes y mantener lo bueno de mi vida en estos momentos. Que por si
andaban con el pendiente, es la más feliz, amorosa y satisfactoria de todas mis
vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario