lunes, 9 de mayo de 2016

Un lunes en la mañana



Que sentimiento tan raro, ese de tener en mi cama al hombre que amo enfermito. Ese hombre que normalmente me cuida, me protege y se preocupa por mí. Ese hombre que me enamoró porque me carga la bolsa, me abre la puerta, me carga a mí y a veces me carga a mí con todo y bolsa abriendo y cerrando la puerta después. Ese grandulón de 1.90 que me abraza para que no esté triste, se acuesta a mi lado y me da amor, me seca las lágrimas y me pide que ya no llore. Ese hombre maravilloso al que conocí y del que me enamoré al instante. Ese gran hombre que ya me ha cuidado antes. Un hombre  admirable que no va a trabajar para quedarse con su novia hipocondriaca que a cada rato le da tos, diarrea, gastritis, colitis, gripa y cuerpo cortado. Ese hombre que me ama, me protege y me cuida tanto; hoy, está en enfermo. Con todo el cuerpo dolorido y sin poder moverse. Pidiéndome que lo abrace y diciendo perdón por tanta lata.  Yo lo abrazo y me quedo mirándolo. Tan cansado él, moviéndose con dolor en todas las articulaciones. Despertando en cada hora con molestias. Sudando y quejándose entre sueños.

Me parte el corazón. Me llena de bondad y me nace una imperiosa necesidad de cuidarlo, apapacharlo, protegerlo y darle todo lo que necesita. Entonces voy a la farmacia por medicina, le compro un jugo y le preparo el desayuno.  Lo dejo descansar y lo vigilo como policía cada 15 minutos para verlo y saber que está bien, que no lo falta nada. Busco que vaya mejorando.  Entonces pienso en lo lindo de tener un compañero que me cuide y a quien cuidar. Lo bello de la relación donde nos apoyamos uno en el otro. La gran fortuna que es tener la tranquilidad para poder dormir, sabiendo que tienes a alguien cuidándote y preocupándose por ti.


Yo feliz de poder ser una mujer que cuida al hombre que ama. Triste porque no me gusta verlo enfermo, débil o sintiéndose mal, pero satisfecha de poder ver por él y acompañarlo también en estos momentos. Soy una gran mujer que está a lado de su gran hombre en la salud y en la enfermedad, por muy trillado y católico que suene, se siente bien. Me siento orgullosa de mí y de mi relación.

No hay comentarios: