domingo, 1 de mayo de 2016

Una mañana en silencio

Esta fue una mañana de domingo en silencio. Nada de música al despertar. Nada de programas en youtube mientras preparo el desayuno. Nada de platicas con nadie, no sólo porque desperté sola, la verdad no quería hablar ni con los gatos, ni con las plantas como acostumbro a hacer en mi soledad no tan solitaria. Cerré mi boca y me guardé mis comentarios. Desayuné mirando al balcón. Escuchando el ruido de la ciudad que entra por mi ventana, dejé que mis pensamientos me entretuvieran.

Hice la limpieza de mi lindo hogar, la cama bien tendida, el cuarto recogido, la sala y el comedor barridos y trapeados, la mesa limpia, los  trastes lavados. Todo listo para sacar mi tapete de yoga y empezar con las respiraciones profundas. Todo listo para seguir en compañía de mi misma y disfrutando del viaje hacia dentro de mí. Delicioso el aire que soplaba y me refrescaba. Riquísimo que resulta estirar mi espalda, alargar mis piernas y sostenerme sobre mis brazos hasta cansarme. Bonito que es trabajar el cuerpo y sentir cada músculo esforzándose, los ligamentos y tendones estirándose, el esqueleto sosteniéndome y mi voluntad trabajando para concentrarme y no correr a contestar mi celular que sonó dos veces.

Así esta mañana de domingo callado. Así la  mente se calma y el corazón se pone contento. Cerramos con broche de oro después de una rica sesión de masturbación y el baño que despierta al más dormido y revive al más muerto.

Lo que viene es una rica comida con el hombre que amo y mi hermosa familia. Tarde de juegos de mesa, muchas risas y buenas pláticas. Gracias a la vida por tan maravilloso viaje. Gracias por tantas y tan buenas experiencias. Gracias a mí misma por saber disfrutar de esto que la vida me da jejejejeje aplausos y palmaditas en la espalda para todos, incluida yo.  


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