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Mujer transformada en diosa, por fe.
Con fe llego a todos los corazones.
Mexicana de nacimiento.
Guadalupe siente su corazón, lo escucha.
Escucha las voces de todos sus hermanos.
A ellas las acompaña, las entiende y las ama.
A ellos los escucha, los abraza y los ama.
Guadalupe con amor va por la vida.
Comparte alegrías y tristezas.
Entiende la bondad y transmuta la maldad.
Su proceso alquímico es:
Atender, entender, conducir y sublimar.
Guadalupe es de pies firmes,
la mirada constante
y el alma fuerte.
Atiende sus sueños.
Entiende su corazón.
Conduce su cuerpo.
Y sublima el deseo.
Guadalupe viene a redimirse en el sexo.
Como una virgen se entrega al amor.
Se sacrifica en pos de la humanidad.
Con la salud del corazón, el cosmos fluirá.
El universo entreteje en complicidad.
Para bailar y sanar. Endulzar y trabajar.
Con belleza y hermosura. Suavidad y ternura.
De su voz emanando amor, al final la luna salió.
Y así ella entendió, que dentro de su ser está la verdad.
Quién se atreva a mirarse en ella, eso encontrará.
Ni maldad ni bondad. Ni bien ni mal.
Certezas y errores. Como en la vida y los amores.
Así surgió en el 2010 y para el final.
Guadalupe de aquí y de allá.
Resurgió y resurgirá.
Para proteger y cuidar, como virgen o deidad.
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