Como artistas tenemos el compromiso de trabajar todos los días nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Estar al día de lo que pasa en la sociedad de nuestro país y de otros países en educación, política, economía, cultura y seguridad entre otros aspectos, todos importantes, es fundamental y esencial en nuestro trabajo.
Nosotros despertamos. Salir de la ensoñación es nuestro deber. Abrir los ojos y actuar nuestra misión.
Ampliar la consciencia a niveles universales, cósmicos y macros.
Manejamos el tiempo a conveniencia. Siempre con buenas intenciones y las mejores aplicaciones.
Nuestra preparación es infinita y constante. Sin detenernos por nada y ante nada. Sorteamos amenazas, libramos batallas y vencemos obstáculos.
Si aceptamos un proyecto, trabajamos entregando nuestro corazón. Siempre. Hasta el final. Con voluntad terminamos y concretamos. No claudicamos. Nuestro compromiso es absoluto.
Respetamos a nuestros compañeros, hermanos. La naturaleza.
En lugares a los que vamos aportamos algo y dejamos más limpio.
Llegamos temprano y nos vamos a tiempo.
Aprendemos de los mayores. Los escuchamos con atención. Atendemos a sus palabras. Observamos su ejemplo. Cuestionamos con respeto. Cantamos sus cantos y nos enriquecemos mutuamente.
Como artistas nos entregamos. Todos. Muchas veces anteponemos nuestro trabajo a nuestra salud. Hoy eso está cambiando. Cuidar nuestra salud es el principio de todo artista por que los artistas somos ejemplo.
Predicamos con nuestros actos. En nuestro ser está la salud, el conocimiento y la voluntad.
Si un compañero nutre con sus observaciones, consejos y apoyo nuestro trabajo, lo bien venimos y atendemos con humildad.
La humildad es una de las principales características de un artista.
Si nos equivocamos lo primero que hacemos es pedir perdón. Pedimos perdón rápidamente para encontrar soluciones o correcciones a lo que pasó.
Al final agradecemos. Cuando nos despedimos. Cuando anochece. Al terminar siempre decimos:
-Gracias!!!-
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