
Si te digo que no, no es por que no te quiera.
Si detengo tus labios que van tras los míos,
no es por que no quiera besarte.
Cuándo detengo tus brazos ante mi cuerpo,
no es por que no quiera que me abraces.
Si me abro para ti y entras a mí, cómo voy a mirar a tu esposa mañana.
Si mi cuerpo tiembla y mis piernas endebles no me sostienen,
cómo cargaré a tu hijo la próxima vez que lo vea.
Si me entrego y te entrego todo,
con qué me quedo yo.
Mis valores no me lo permiten.
Mi corazón no logra abrirse.
Mi cuerpo se niega y me niega conocerte más allá.
Mi rostro quiere ver y verte de frente por siempre.
Mi mente tiene en la cabeza témpanos de hielo que me congelan.
Con piedad yo te pido no insistas.
Con clemencia te explico mis motivos.
Con vehemencia retiro tus manos de mi.
Con voluntad mi cuerpo se aleja.
Con gratitud te digo adiós mientras te vas y cierras la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario